La Paz, 27 Abr. (NAN).- La Central Obrera Boliviana y el presidente Evo Morales abrirán este sábado una mesa de diálogo donde se analizará los avances sobre la atención al pliego único laboral, en medio del
prolongado paro de los médicos y trabajadores de salud que intensificaron sus medidas de presión para derogar el decreto que amplía la jornada laboral de seis a ocho horas en los hospitales públicos.
Tanto la COB como el Gobierno llevan agendas contrapropuestas sobre todo en el asunto salarial porque el ente sindical insiste en una canasta familia de 8.309 bolivianos, mientras el Ministerio de Hacienda planteó mejoras de hasta un 20 por ciento al salario mínimo nacional y un 8% de aumento salarial, en un proceso de tanteos que dejó afuera a la empresa privada.
El líder de la COB, Juan Carlos Trujillo, expresó el cansancio de conversar con los ministros que no tiene poder de de decisión y por ese motivo exigieron hablar con el Jefe de Estado que accedió a recibirlos en los salones de la vicepresidencia, y no en Palacio Quemado debido a la cantidad de delegaciones de ambos lados.
Al margen del tema salarial, la COB asumió como suya la demanda de los médicos y trabajadores en salud de anular el decreto que aumenta la jornada laboral, algo que el Gobierno rechazó de manera firme lo cual desató una ola de protestas callejeras con participación de estudiantes universitarios en todas las ciudades donde existen carreras de medicina.
Trujillo también lleva consigo una carpeta de rechazos sindicales a la oferta salarial tanto de maestros y fabriles que exigen un salario mínimo nacional de 1500 bolivianos, mientras la oferta gubernamental alcanza a 946 con todos los ajustes previsto.
El ministro de Trabajo, Daniel Santalla, espera arribar a un acuerdo con el organismo laboral aunque las condiciones para el mismo pasa por levantar el decreto laboral en salud, revertir los 140 memorándums de despido a los trabajadores en salud que participaron en una prolongada huelga que duró más de 30 días.
Para atender emergencia, el Gobierno dispuso emergencia sanitaria que dio paso a contratar los servicios de hospitales privados cubrir la demanda de los asegurados y otros servicios de emergencia en cuanto se refiere a cirugía, mientras en forma paralela se aumentaron los piquetes de huelga de hambre en los hospitales públicos.
prolongado paro de los médicos y trabajadores de salud que intensificaron sus medidas de presión para derogar el decreto que amplía la jornada laboral de seis a ocho horas en los hospitales públicos.
Tanto la COB como el Gobierno llevan agendas contrapropuestas sobre todo en el asunto salarial porque el ente sindical insiste en una canasta familia de 8.309 bolivianos, mientras el Ministerio de Hacienda planteó mejoras de hasta un 20 por ciento al salario mínimo nacional y un 8% de aumento salarial, en un proceso de tanteos que dejó afuera a la empresa privada.
El líder de la COB, Juan Carlos Trujillo, expresó el cansancio de conversar con los ministros que no tiene poder de de decisión y por ese motivo exigieron hablar con el Jefe de Estado que accedió a recibirlos en los salones de la vicepresidencia, y no en Palacio Quemado debido a la cantidad de delegaciones de ambos lados.
Al margen del tema salarial, la COB asumió como suya la demanda de los médicos y trabajadores en salud de anular el decreto que aumenta la jornada laboral, algo que el Gobierno rechazó de manera firme lo cual desató una ola de protestas callejeras con participación de estudiantes universitarios en todas las ciudades donde existen carreras de medicina.
Trujillo también lleva consigo una carpeta de rechazos sindicales a la oferta salarial tanto de maestros y fabriles que exigen un salario mínimo nacional de 1500 bolivianos, mientras la oferta gubernamental alcanza a 946 con todos los ajustes previsto.
El ministro de Trabajo, Daniel Santalla, espera arribar a un acuerdo con el organismo laboral aunque las condiciones para el mismo pasa por levantar el decreto laboral en salud, revertir los 140 memorándums de despido a los trabajadores en salud que participaron en una prolongada huelga que duró más de 30 días.
Para atender emergencia, el Gobierno dispuso emergencia sanitaria que dio paso a contratar los servicios de hospitales privados cubrir la demanda de los asegurados y otros servicios de emergencia en cuanto se refiere a cirugía, mientras en forma paralela se aumentaron los piquetes de huelga de hambre en los hospitales públicos.
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