Bolivia, 57 Abr. (Enlared).- Un
imprevisto calentamiento en el Océano Atlántico que, de alguna forma está
"jalando" la humedad del sudoeste de la Amazonía, provocará este
año 2012 una fuerte sequía en
la zona, que comenzará en el mes de mayo, según
anticipó a Onda Local el director ejecutivo de la Fundación Herencia, Juan
Fernando Reyes.
"Es difícil, ahora
mismo, poder prever que tan fuerte va a ser la sequía pero ya hay un
primer elemento que nos permite prever que va a ser un año seco, quizás no
tanto como el 2010, pero aparentemente, la época seca que empieza en mayo, va
ser más seca que en años normales", explicó Reyes.
Agregó que las sequías fuertes
que se presentaban cada diez o 20 años en el país, ahora, por efecto de los
cambios climáticos se va dando con mayor frecuencia, ya que el 2005 y el 2010
se registraron sequías con mucha intensidad.
Los efectos inmediatos de estos
fenómenos secos es la pérdida de grandes extensiones de bosques, no sólo en
cuanto a las especies forestales que pueden ser de valor económico para la
población local, sino que también se pierden gran cantidad de plantas y
animales como biodiversidad que no van a poder ser recuperados.
"Pero también hay efectos
sobre el agua. El boque no sólo es como los pulmones del planeta sino también
los riñones. De alguna forma gastan agua, mantienen el ciclo del agua y
permiten que se conserve la propia humedad del bosque. También el agua
producida en la Amazonia, de alguna forma beneficia a otras regiones que están
fuera", sostuvo el director de Herencia.
Agregó que gran parte de la
humedad que se produce en la Amazonía permite la presencia de lluvias más al
sur, en el Chaco boliviano.
La sequía y los chaqueos
A esto se suma el fenómeno de las
quemas o chaqueos que también afectarán el ciclo del agua en la Amazonia.
Herencia realiza un monitoreo de
deforestación e incendios, especialmente en la región del norte amazónico del
país y en los últimos 10 años ha registrado que el porcentaje de focos de calor
en Bolivia ha ido en aumento.
Este incremento se da principalmente debido a la realización de los chaqueos para la ganadería o pequeños sacos para la agricultura. El 60 por ciento de las quemas se produjeron en Santa Cruz, el 30 por ciento en el Beni, el 4 por ciento en el norte paceño y un 2 por ciento en el departamento de Pando.
Este incremento se da principalmente debido a la realización de los chaqueos para la ganadería o pequeños sacos para la agricultura. El 60 por ciento de las quemas se produjeron en Santa Cruz, el 30 por ciento en el Beni, el 4 por ciento en el norte paceño y un 2 por ciento en el departamento de Pando.
Reyes informó que una de las
consecuencias más grandes en el último tiempo es la emisión del humo, lo cual
tiene dos efectos graves: el primero afecta directamente la salud de la
población, no sólo al área donde se está quemando, porque el humo viaja grandes
distancias, sino que también está contribuyendo a generar gases de efecto
invernadero que se conoce que son los que están produciendo el calentamiento
del planeta.
"Si bien el chaqueo es una
forma muy rápida de habilitar espacios para agricultura, esto tiene que hacerse
cuidando que el fuego no se salga del área que se está queriendo chaquear. Gran
parte del problema es que se hace mal el chaqueo y el fuego se escapa del área
donde debería trabajarse", indicó y dijo que sin embargo, recomienda
buscar alternativas a la acción de las quemas.
En el caso de Pando, Herencia está promoviendo que la mayor parte del uso sea forestal es decir "con el bosque en pie" y evitar en lo posible el cambio de uso con el chaqueo.
En el caso de Pando, Herencia está promoviendo que la mayor parte del uso sea forestal es decir "con el bosque en pie" y evitar en lo posible el cambio de uso con el chaqueo.
Explicó que existen distintos
niveles en los que se puede trabajar, lo cual dependerá de casos concretos. Por
ejemplo, el caso de Santa Cruz, que es donde más quemas se realizan, es que se
está tendiendo a la expansión de las actividades agrícolas, es decir que los
bosques se convierten en espacios para agricultura que pueden ser rentables en
el corto plazo.
"Pero a largo plazo, pueden
ser perjudiciales porque quedan muchas áreas que van perdiendo su riqueza y al
final los bosques no se pueden reponer", alertó.
Lo más importante, para Reyes, es
notar que este es un problema que afecta a todos, ya que aunque mucha gente
pueda permanecer en las ciudades, lejos de las áreas donde se realizan las
quemas, "pero igual, a largo plazo, estas quemas nos van a afectar, ya sea
por calentamiento del planeta, por el humo que llega del rebote o porque al
perderse áreas de bosque estamos perdiendo espacios que permiten absorber el dióxido
de carbono o lugares que permiten que el ciclo del agua vaya funcionando".
Recomendó tomar como un problema
común a todos y empezar a ver soluciones también desde un punto de vista
económico, ya que muchas veces, parte de esas
quemas se hacen porque la gente no tiene alternativas.
"Entonces hay un tema de
gestión pública, de trabajo del Estado, de empezar a buscar alternativas
productivas que sean afines con el manejo del bosque. Por eso, la ciudadanía
puede mostrar su disconformidad con aquellas políticas que van en contra de los
bosques".
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