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| Foto: Internet |
El Alto, 12 Mar. (ATIPIRI / ANB).- Los vecinos y comerciantes de la feria 16 de Julio de la ciudad boliviana de El Alto, considerada una de las ferias más grandes de América Latina, expresaron su preocupación por el poco control y patrullaje policial al interior de esta populosa feria, debido a que en varias oportunidades sufrieron robos a plena luz del día por parte de antisociales que operan en redes.
En una visita que se realizó por la feria se evidenció el poco control y patrullaje policial, “rara vez caminan los policías, pero no para controlar, sino para comprar”, dijo una comerciante de herramientas. La feria se inicia desde el sector final de la vía Panorámica Norte donde se observó el congestionamiento vehicular y el asentamiento de varios puestos de comerciantes ambulantes, quienes ponían sus toldos de diversos colores de nylon para proteger sus productos del sol. La población que transitaba por medio de ella tenía que abrirse espacio esquivando las movilidades, los puestos de venta y a otras personas que se quedaban a comprar o preguntar algunos artículos.
Las vendedoras
La comerciante, Julia Mamani, manifestó que en la feria no observó la presencia policial, por lo cual exigió a las autoridades sentar presencia para evitar la inseguridad ciudadana en el interior de la feria. Ella fue testigo del robo a muchos ciudadanos, contó que en el interior de la feria caminan los antisociales en grupos de cinco y seis personas para asaltar a sus ocasionales victimas. “Los antisociales caminan entre cinco y le despistan a la victima, uno le escupe a la cara y otros le están buscando por detrás y otros disimulan ayudándole a la victima ‘por allá se ha ido, es un señor de chompa azul’, ni siquiera hay esa persona y ya fue despistado y la persona se da cuenta”, contó la comerciante de plantas medicinales.
Mamani manifestó que varios antisociales, algunos bien vestidos, operan desde la Ceja de El Alto hasta la zona Ballivián. “Los rateros van estudiando a las victimas y les van persiguiendo y en algún momento de la feria donde hay mucha gente aprovechan en robar”, afirmó, mientras observó el caminar de dos efectivos policiales que iban preguntando a un puesto por sus uniformes.
Según las vendedoras y algunos vecinos, ellos no pueden decir nada cuando una persona es victima de robo, por temor a represalias y amenazas de venganza de otros antisociales que circundan por el lugar. “Nos amenazan, no tenemos que meternos en nada y la mayoría de las vendedoras de aquí no dicen nada y ven no más, por temor a que nos hagan algo, ‘ya te he fichado’, así nos dicen”, comentó otra comerciante de medias. Muchas comerciantes optaron por colocar redes para proteger sus productos, porque cuando se aglomera la gente los antisociales aprovechan para robar algunos artículos de ocultas.
Sin embargo, Berta, una vendedora de prendas de vestir contó que a inicios de año fue victima de robo y amenaza en su puesto de venta en circunstancias cuando la gente se aglomeraba para preguntar por unos productos, en esas circunstancias su hija fue golpeada en la espalda. “A nosotros mismos nos quieren asaltar, nos amenazan con sus cuchillos, sus armas...entre grupos caminan, algunos los miramos que están robando pero nos dicen ‘que estás mirando, a vos más te vamos hacer’”, afirmó la comerciante, quien aseguró que sus compañeras maduran la idea de portar gasolina en sus puestos para echarlos cuando hallen a un antisocial, ante la impotencia de no ver la seguridad ciudadana.
Las vendedoras expresaron su preocupación porque hasta el momento ninguna autoridad municipal ni nacional se preocupa por la seguridad de las personas en el interior de esta feria populosa. Criticó la falta de voluntad de sus dirigentes para gestionar mayor control policial.
Los vecinos
Por su parte, los vecinos y vecinas expresaron su angustia por la falta de seguridad ciudadana en el interior de la feria, razón por la cual demandaron a las autoridades a ejercer un mayor control policial. “Aquí no hay seguridad ni con las cosas que compras, hay muchos robos. Me siento insegura, no he visto policías. Pido que haya seguridad, ahora no sabemos si (los antisociales) están por aquí”, manifestó la vecina Rosmery, mientras compraba libros para sus hijos.
A su turno, una vendedora de pizarras acrílicas contó que muchas personas caminan en la feria muy distraídas y esas son victimas de robos. “A los distraídos le sacan dinero de su bolsillo, así roban celulares y la gente no dice nada, la gente se calla, no puede levantarse para agarrar al antisocial y protestar, parece que le tienen miedo al ladrón, aún la población sea la mayoría”, dijo la comerciante Lidia.
Expresó su preocupación porque aseguró que no se puede ir a la feria con dinero. Dijo que algunos policías se pasean en lugar de velar por la seguridad de las personas. “No es seguro en la feria, no podemos identificar a los ladrones por la cantidad de personas que hay se pierden rápido y no se los puede pescar”, sostuvo la comerciante.
En cambio, la vecina Rosa, aseveró que se siente muy insegura al caminar por el interior de esta feria. Ella caminaba agarrando fuerte el bolso donde llevaba lo comprado en la feria, otros vecinos hacen lo mismo. “Yo pido que haya seguridad para nosotros como personas de a píe, además pido a la gente que viene con sus hijos tenga mucho ciudado, porque hace rato una madre extravió a su wawa (hijo)”, aseguró la vecina.
A esta feria llegan miles de vecinos y vecinas de La Paz, El Alto y del interior del país, además de algunos turistas que se asombran por la masiva concurrencia a esta feria. Familias enteras se dedican al comercio.
En la feria 16 de Julio se oferta una diversa gama de productos y artículos para el hogar, el taller artesanal u otra actividad económica. Se puede comprar desde vehículos, ropas, muebles, ganados ovinos, animales domésticos, material escolar y otras.
La feria 16 de Julio empieza desde el sector de final Autopista, continúa sobre toda la avenida Panorámica Norte, el cual colinda con el arcifinio del municipio de La Paz y la zona 16 de Julio de la ciudad de El Alto. Ésta feria se desarrolla los días jueves y domingos, este último es el día más concurrido.
Las vendedoras
La comerciante, Julia Mamani, manifestó que en la feria no observó la presencia policial, por lo cual exigió a las autoridades sentar presencia para evitar la inseguridad ciudadana en el interior de la feria. Ella fue testigo del robo a muchos ciudadanos, contó que en el interior de la feria caminan los antisociales en grupos de cinco y seis personas para asaltar a sus ocasionales victimas. “Los antisociales caminan entre cinco y le despistan a la victima, uno le escupe a la cara y otros le están buscando por detrás y otros disimulan ayudándole a la victima ‘por allá se ha ido, es un señor de chompa azul’, ni siquiera hay esa persona y ya fue despistado y la persona se da cuenta”, contó la comerciante de plantas medicinales.
Mamani manifestó que varios antisociales, algunos bien vestidos, operan desde la Ceja de El Alto hasta la zona Ballivián. “Los rateros van estudiando a las victimas y les van persiguiendo y en algún momento de la feria donde hay mucha gente aprovechan en robar”, afirmó, mientras observó el caminar de dos efectivos policiales que iban preguntando a un puesto por sus uniformes.
Según las vendedoras y algunos vecinos, ellos no pueden decir nada cuando una persona es victima de robo, por temor a represalias y amenazas de venganza de otros antisociales que circundan por el lugar. “Nos amenazan, no tenemos que meternos en nada y la mayoría de las vendedoras de aquí no dicen nada y ven no más, por temor a que nos hagan algo, ‘ya te he fichado’, así nos dicen”, comentó otra comerciante de medias. Muchas comerciantes optaron por colocar redes para proteger sus productos, porque cuando se aglomera la gente los antisociales aprovechan para robar algunos artículos de ocultas.
Sin embargo, Berta, una vendedora de prendas de vestir contó que a inicios de año fue victima de robo y amenaza en su puesto de venta en circunstancias cuando la gente se aglomeraba para preguntar por unos productos, en esas circunstancias su hija fue golpeada en la espalda. “A nosotros mismos nos quieren asaltar, nos amenazan con sus cuchillos, sus armas...entre grupos caminan, algunos los miramos que están robando pero nos dicen ‘que estás mirando, a vos más te vamos hacer’”, afirmó la comerciante, quien aseguró que sus compañeras maduran la idea de portar gasolina en sus puestos para echarlos cuando hallen a un antisocial, ante la impotencia de no ver la seguridad ciudadana.
Las vendedoras expresaron su preocupación porque hasta el momento ninguna autoridad municipal ni nacional se preocupa por la seguridad de las personas en el interior de esta feria populosa. Criticó la falta de voluntad de sus dirigentes para gestionar mayor control policial.
Los vecinos
Por su parte, los vecinos y vecinas expresaron su angustia por la falta de seguridad ciudadana en el interior de la feria, razón por la cual demandaron a las autoridades a ejercer un mayor control policial. “Aquí no hay seguridad ni con las cosas que compras, hay muchos robos. Me siento insegura, no he visto policías. Pido que haya seguridad, ahora no sabemos si (los antisociales) están por aquí”, manifestó la vecina Rosmery, mientras compraba libros para sus hijos.
A su turno, una vendedora de pizarras acrílicas contó que muchas personas caminan en la feria muy distraídas y esas son victimas de robos. “A los distraídos le sacan dinero de su bolsillo, así roban celulares y la gente no dice nada, la gente se calla, no puede levantarse para agarrar al antisocial y protestar, parece que le tienen miedo al ladrón, aún la población sea la mayoría”, dijo la comerciante Lidia.
Expresó su preocupación porque aseguró que no se puede ir a la feria con dinero. Dijo que algunos policías se pasean en lugar de velar por la seguridad de las personas. “No es seguro en la feria, no podemos identificar a los ladrones por la cantidad de personas que hay se pierden rápido y no se los puede pescar”, sostuvo la comerciante.
En cambio, la vecina Rosa, aseveró que se siente muy insegura al caminar por el interior de esta feria. Ella caminaba agarrando fuerte el bolso donde llevaba lo comprado en la feria, otros vecinos hacen lo mismo. “Yo pido que haya seguridad para nosotros como personas de a píe, además pido a la gente que viene con sus hijos tenga mucho ciudado, porque hace rato una madre extravió a su wawa (hijo)”, aseguró la vecina.
A esta feria llegan miles de vecinos y vecinas de La Paz, El Alto y del interior del país, además de algunos turistas que se asombran por la masiva concurrencia a esta feria. Familias enteras se dedican al comercio.
En la feria 16 de Julio se oferta una diversa gama de productos y artículos para el hogar, el taller artesanal u otra actividad económica. Se puede comprar desde vehículos, ropas, muebles, ganados ovinos, animales domésticos, material escolar y otras.
La feria 16 de Julio empieza desde el sector de final Autopista, continúa sobre toda la avenida Panorámica Norte, el cual colinda con el arcifinio del municipio de La Paz y la zona 16 de Julio de la ciudad de El Alto. Ésta feria se desarrolla los días jueves y domingos, este último es el día más concurrido.
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