Mundo, 23 Mayo (infobae.com).- Durante la entrega de un premio, el ex presidente de Brasil recordó los padecimientos que enfrentó durante el escándalo que provocó la caída de su ex jefe de Ministros, José Dirceu, en 2005.
El ex sindicalista habló al recibir el título de "Ciudadano Paulistano" que le entregó la Cámara de Concejales. Durante su discurso, reveló que la idea de quitarse la vida rondó por su cabeza en medio de los escándalos por corrupción que salpicaron su gestión.
Luiz Inácio da Silva hizo énfasis en la situación desatada en 2005, que involucró a algunos de sus ministros en la presunta entrega de dinero a parlamentarios, con el objetivo de tener su voto en el Congreso. "En verdad, fue un momento en el que intentaron dar un golpe de Estado", afirmó el antiguo mandatario, y admitió que trató de no desesperarse para no matarse en ese momento.
Sin dar nombres, Lula acusó a "gran parte de los políticos de la oposición" y "ciertos" medios periodísticos. Sin embargo, de acuerdo al punto de vista del ex jefe de Estado la oposición debió retroceder en sus intenciones cuando intelectuales brasileños y líderes de los movimientos sociales comenzaron a movilizarse en apoyo del Gobierno.
"Yo dije: No me voy a matar como Getulio Vargas (que se suicidó en 1954), y tampoco voy a salir obligadamente como Joao Goulart (derrocado por el golpe de 1964). Sólo hay una posibilidad y es que me agarren aquí (en el Palacio del Planalto), aunque en ese caso tendrían que enfrentar al pueblo en las calles", relató el ex mandatario.
Para el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), fue eso lo que "intimidó" al conjunto del arco opositor: "Tuvieron miedo de seguir el ataque contra mi". Esto a pesar de que la renuncia de Lula se manejó como una alternativa en los duros momentos de mediados de 2005, en medio del escándalo por supuesta corrupción.
En el período más arduo de aquel proceso, que provocó la caída de uno de los principales ministros de Lula, José Dirceu, por entonces jefe de Gabinete, los más allegados al ex Presidente temieron que la ofensiva opositora produjera, finalmente, la salida del mandatario. Esto a pesar de que todavía no se probó que la causa que llevó a la desestabilización, bautizada por la prensa como "Mensualón", consistiera efectivamente en sobornos a legisladores.
En su lugar, es probable que haya existido una financiación clandestina de campañas de diputados y senadores. La causa judicial por este asunto se encuentra en el Supremo Tribunal Federal, que deberá emitir una sentencia a más tardar la próxima semana.
Luiz Inácio da Silva hizo énfasis en la situación desatada en 2005, que involucró a algunos de sus ministros en la presunta entrega de dinero a parlamentarios, con el objetivo de tener su voto en el Congreso. "En verdad, fue un momento en el que intentaron dar un golpe de Estado", afirmó el antiguo mandatario, y admitió que trató de no desesperarse para no matarse en ese momento.
Sin dar nombres, Lula acusó a "gran parte de los políticos de la oposición" y "ciertos" medios periodísticos. Sin embargo, de acuerdo al punto de vista del ex jefe de Estado la oposición debió retroceder en sus intenciones cuando intelectuales brasileños y líderes de los movimientos sociales comenzaron a movilizarse en apoyo del Gobierno.
"Yo dije: No me voy a matar como Getulio Vargas (que se suicidó en 1954), y tampoco voy a salir obligadamente como Joao Goulart (derrocado por el golpe de 1964). Sólo hay una posibilidad y es que me agarren aquí (en el Palacio del Planalto), aunque en ese caso tendrían que enfrentar al pueblo en las calles", relató el ex mandatario.
Para el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), fue eso lo que "intimidó" al conjunto del arco opositor: "Tuvieron miedo de seguir el ataque contra mi". Esto a pesar de que la renuncia de Lula se manejó como una alternativa en los duros momentos de mediados de 2005, en medio del escándalo por supuesta corrupción.
En el período más arduo de aquel proceso, que provocó la caída de uno de los principales ministros de Lula, José Dirceu, por entonces jefe de Gabinete, los más allegados al ex Presidente temieron que la ofensiva opositora produjera, finalmente, la salida del mandatario. Esto a pesar de que todavía no se probó que la causa que llevó a la desestabilización, bautizada por la prensa como "Mensualón", consistiera efectivamente en sobornos a legisladores.
En su lugar, es probable que haya existido una financiación clandestina de campañas de diputados y senadores. La causa judicial por este asunto se encuentra en el Supremo Tribunal Federal, que deberá emitir una sentencia a más tardar la próxima semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario