La Paz, 20 Abr. (GAIA).- El
Centro de Estudios y Servicios de la Mujer (CECASEM), en base a un monitoreo de
medios realizado en el 2011 y lo que va 2012, registró 20 casos de esclavitud
de niños y niñas a nivel nacional. Según el reporte, 15 de los hechos
involucraron a menores que trabajaban en zafras de caña, mientras que cinco
tuvieron como victimas a infantes involucrados en la minería.
A decir de la Directora de esa
institución, Patricia Bustamante, esta problemática, pese a no ser denunciada
frecuentemente, existe y cada vez es mayor, a raíz de la pobreza en la que
viven muchas familias del área rural – principalmente del Norte de Potosí –
quienes ante la situación insostenible optarían incluso por vender a sus propios
hijos.
“En el ultimo mapeo que hemos
tenido hemos detectado 20 casos de esclavitud de niños, tenemos cinco en
minería y 15 en zafras. Lo hemos tenido durante el año pasado, tanto el primer
como el segundo semestre, y hasta la fecha (…) Lo preocupante es que un caso de
esclavitud se vio la última semana, mismo que está siendo investigado por la
policía”, afirmó la activista.
El seguimiento también permitió
establecer que la mayor parte de las víctimas de estos flagelos son niños, que
son utilizados por su “fuerza laboral”, llegando a trabajar más de 10 horas.
Asimismo, parte de las denuncias estarían vinculadas con el “padrinazgo”,
actividad que consiste en que padres dejen la tutela total de sus hijos a
conocidos o personas extrañas bajo el pretexto de “mejorar la situación en la
que viven”.
Por su parte, la directora de
proyectos especiales de la Defensoría del Pueblo, Griselda Sillerico, ratificó
las denuncias hechas la gestión pasada por el titular de esa institución,
afirmando que existe la venta de niños y que lamentablemente no hay forma de
evitar y sancionar esta problemática.
“No nos olvidemos de que la
Defensoría del Pueblo, ya hace años, alertó sobre este problema a partir de un
estado de situación de la salida irregular por las fronteras. Y dijimos, están
saliendo los niños en importantes cantidades, pero ¿están regresando? Entonces
alertamos y por eso nos enfrentamos a una problemática muy oculta, pero que
debe ser conocida”, aseveró.
Datos oficiales correspondientes
a la pasada gestión indican que cerca de 100 mil niños continúan siendo
explotados laboralmente en los campos de zafra y las minas. La mayoría menores
comprendidos entre los 10 y 11 años de edad.
A nivel internacional
Los convenios firmados por varios
países condenan la actividad laboral de niños menores de 15 años cuando la
tarea amenaza su salud, moralidad o su escolaridad. Pero no todo trabajo
infantil es ilegal.
Los textos de la ONU y de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) toleran que en los países pobres
los niños de entre 12 y 14 puedan desempeñar tareas livianas con un máximo de
14 horas semanales.
En la región, 26 países, entre
ellos Bolivia, ratificaron la Convención de la OIT de 1.999 para la
erradicación de las peores formas de trabajo infantil.
Padrinazgo
En muchos países
latinoamericanos, de forma especial en la región altiplánica de Bolivia, el
empleo de niños es considerado como un alivio para las familias menos
afortunadas, que los entregan “como ahijados” bajo promesas de brindarle
escolaridad, sustento y afecto.
El gobierno de Bolivia constató
que en el país existen 23 formas de explotación infantil, las principales son
la zafra de la caña de azúcar y la castaña, además de la actividad minera.
Otras formas de explotación
infantil son el expendio de bebidas alcohólicas, la recolección de basura,
voceador del transporte público, vendedor de comercio y atención de mingitorios
en horario nocturno, albañilería, limpieza de hospitales, cuidador de
vehículos, entre otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario