martes, 7 de julio de 2009

EL PRESIDENTE EVO MORALES TIENE VENTAJA Y VÁ CAMINO A LA REELECCIÓN


A poco más de 150 días de las elecciones bolivianas, el presidente Evo Morales encabezaba las encuestas con casi 40 puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el ex vicepresidente liberal Víctor Hugo Cárdenas, y acaparaba cerca de la mitad de la intención de voto consultada, de acuerdo con un sondeo de percepción política difundido el viernes por la privada red de televisión ATB en base de un estudio de la privada empresa Ipsos. Morales, que busca la reelección, consagrada en la nueva Constitución, obtuvo en mayo pasado 45 por ciento (%) de apoyo ciudadano y en junio un punto menos señala la agencia ABI. Con 45% de la intención de voto, a nueve puntos de caudal electoral que le instaló a fines de 2005 en la Presidencia de Bolivia, Morales aventajaba en mayo a Cárdenas (7%), al ex presidente conservador (2001-02), Jorge Quiroga (6%), al empresario del cemento y la comida rápida Samuel Doria Medina (5%) y con el mismo porcentaje al prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas y al prefecto revocado de Cochabamba y en 2002 derrotado candidato presidencial Manfred Reyes Villa. Salvo diferencias de matiz, en junio el panorama es similar. En cabeza de la encuesta aparece Morales (44%), seguido por un pelotón de candidatos, potenciales candidatos y aspirantes a la primera magistratura de la nación. Cárdenas acapara el 8% de la muestra, Doria Medina el 7%, Costas el 6% y Quiroga y Reyes Villa el 5%. Así, bajo estos porcentajes la torta del crucial Senado boliviano favorecería al Movimiento Al Socialismo, de Morales, en una proporción de 2 a 1. A la luz de esta proyección, Morales advierte con controlar la Asamblea Plurinacional que reemplazará al Congreso tras los comicios de fin de año. De los mencionados sólo Morales, Cárdenas y Reyes Villa han dejado entrever su postulación, mientras que Doria Medina y Quiroga la han planteado tácitamente. La nueva Constitución, vigente desde el 7 de febrero último, consagra la reelección presidencial y también guarece la posibilidad del balotaje o segunda vuelta en las urnas entre los candidatos mejor votados. La refrenda congresal, que canalizó el mecanismo electivo de la “democracia pactada”, un acuerdo entre fuerzas con representación parlamentaria coaligadas en el Congreso, ha caído en el anacronismo con la vigenecia de la nueva carta política. La ley transitoria a un nuevo régimen electoral, que normará las presidenciales del 6 de diciembre que viene como las prefecturales y ediles de abril próximo, señala setiembre como fecha tope para la habilitación formal de candidatos. En el sondeo de Ipsos no aparecen el bisoño diputado Peter Maldonado, escindido de la centroderechista Unidad Nacional, de Doria Medina, y tampoco el ex asambleísta Román Loayza, separado en rebeldía de las filas del MAS. Menos aún el presidente del Senado, el ultraconservador Oscar Ortiz, que apuesta fuerte en su natal Santa Cruz con el apoyo del empresariado y líderes civiles locales volcados contra Morales. El estudio demoscópico no encontró trazas de un ex dirigente campesino de extracción quechua, Alejo Véliz, vinculado hace siete años a los republicanos estadounidenses y que apunta a pellizcar el nicho electoral de Morales en el central Chapare boliviano. Tampoco del alcalde mestizo de la ciudad andina de Potosí, René Joaquino, ni el ex diputado liberal Hugo San Martín. El ex presidente Carlos Mesa (2003-2005) que figuraba en las primeras encuestas, hacia febrero y abril pasados, ha desaparecido por completo de las percepciones políticas estudiadas por Ipsos, más aún después de declinar su candidatura. En cambio, las encuestas consignan a Costas, que ha declinado pública y tajantemente su candidatura a la Presidencia boliviana. Los fuegos de la campaña boliviana se abrieron hace más de un mes y estos días refulgen en pequeños careos por la televisión, cuyos espacios estelares se ha tomado Doria Medina que lejos de la arena política, del debate plagado de epítetos, despliega estos días un marketing electoral como el adalid de la producción de alimentos orgánicos con portencia para acaparar mercados foráneos. Echarse al pico a Morales, cuya popularidad ha crecido lento pero constante desde que asumió las riendas del país, en enero de 2006 y que no ha bajado de 51%, es la consigna de una fragmentada oposición de derechas. A contrarruta de la historia electoral reciente, la izquierda, ahora con un fuerte ingrediente campesino, indígena y originario, parece cerrar filas alrededor de Morales, el primer indio de desarrollista que gobierna este país hegemonizado en más de 180 años por blancos y blancoides. A poco menos de dos meses del fenecer el plazo para la habilitación de candidatos a Presidente y Vicepresidente, y menos de un año después que Morales fuera ratificado en la Presidencia con el 67% de los sufragios, en un referendo revocatorio de poderes, el clima electoral criollo se mueve en base de brasas bajo costra sin que la oposición al mandatario indígena alcance a esbozar un frente y candidato únicos. El principal referente de una oposición en decadencia, acusada intentar derrocar por la fuerza a Morales en setiembre último, el Consejo Nacional por la Democracia, que agrupa a prefectos y líderes opositores de los distritos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca, ha fracasado en lo primario, en convocar a los jefes y dirigentes opositores. (JL. CHOQUE - M.MARAÑÓN)

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