La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, llegó pasado el mediodía del viernes a Sucre, capital de Bolivia a 756 km al sudeste de La Paz, para una visita de Estado de 6 horas en que, con su par boliviano Evo Morales, firmará acuerdos energéticos y ascenderá post mortem a la heroína boliviana Juana Azurduy de Padilla, que enfrentó al poder colonial español a principios del siglo XIX, al grado de generala del Ejército argentino.
"Es un momento muy especial para nosotros y ustedes", afirmó la mandataria en una rueda de prensa ofrecida en la misma franja aeroportuaria.
Fernández se dijo "contenta de visitar Bolivia y al compañero Evo" que a esa hora le esperaba en la Casa de la Libertad, en el centro de Sucre y a 5 km del aeropuerto, donde se fundó Bolivia.
Fernández y Morales firmarán una adenda al contrato de compra venta de gas, suscripto en 2004 y perfeccionado en 2006 que elevará el volumen exportado por Bolivia de 5 a 25 millones de metros cúbicos de gas diarios a Argentina.
La mandataria argentina entregará el sable y las escarapelas de generala argentina a Azurduy, en un hecho inédito y reivindicatorio en la historia común de ambos países sudamericanos.
"Muy emocionada de rendir homenaje a la mujer que nació aquí (en Sucre) pero que la sentimos representante de América del Sur", dijo.
Como figura señera de la historia latinoamericana, mujer y soldado, Azurduy "es incomparable", proclamó.
Todo el Ejecutivo boliviano y la prefecta de Chuquisaca, cuya capital regional es Sucre, la indígena quechua Savina Cuéllar, le saludaron en el aeropuerto, lo mismo que representantes de los movimientos sociales bolivianos.
Uno de ellos le obsequió un pocho (sobretodo tejido con lana de camélidos andinos en obrajes indígenas) y una montura de las que usan originarios de los pueblos del Chaco que comparten Bolivia, Argentina y Paraguay.
Fernández, que llegó a las 13h10 locales (17h10 GMT) al pequeño aeropuerto de Sucre que lleva el nombre de la heroína criolla homenajeada a casi 200 de su gesta libertaria de los pueblos de América, pasó revista a una formación del Regimiento Colorados de Bolivia, que rindió honor a la investidura de la gobernante argentina y luego escuchó con unción los himnos de los dos países.
El canciller boliviano David Choquehuanca estuvo a recibirle en las escalinatas del avión de la Presidencia de la República Argentina. (ABI)
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