(Londres,PL). Los sapos machos comunes podrían predecir la ocurrencia de un sismo, difundió la revista Journal of Zoology en su edición más reciente.
La presencia de estos animales en los lugares de apareamiento se redujo en 96 por ciento días antes del movimiento telúrico en L´Aquila, Italia, ocurrido el 6 de abril del año pasado, observaron expertos de la Open University Milton Keyne, y de la Oxford University, en Gran Bretaña.
A medida que se aproximaba el peligro, la cantidad de anfibios presentes en las áreas donde acostumbran a copular se redujo de forma significativa y en los días que sucedieron al temblor de 6,3 grados en la escala abierta de Richter, resultó aún más baja que en años precedentes.
"Cuando los sapos aparecen para reproducirse, se quedan habitualmente muy numerosos y muy activos en el sitio de reproducción hasta el fin de la temporada de los amores", indicaron los autores del estudio.
Aún los científicos desconocen qué señales percibieron los sapos comunes (Bufo bufo) tanto tiempo antes de que ocurriera el movimiento telúrico, pero según los científicos su escapada coincidió con perturbaciones presísmicas en la ionosfera, capa de la atmósfera terrestre ionizada de forma permanente.
Dichas alteraciones, detectadas en las frecuencias bajas de radio, podrían encontrarse asociadas a escapes de radón, emanación gaseosa producto de la desintegración radiactiva del radio.
El comportamiento de otros animales como las serpientes, lobos, peces y elefantes ha sido observado para predecir la ocurrencia de terremotos, pero al parecer, los sapos aportan las evidencias más precisas, según los científicos.
La presencia de estos animales en los lugares de apareamiento se redujo en 96 por ciento días antes del movimiento telúrico en L´Aquila, Italia, ocurrido el 6 de abril del año pasado, observaron expertos de la Open University Milton Keyne, y de la Oxford University, en Gran Bretaña.
A medida que se aproximaba el peligro, la cantidad de anfibios presentes en las áreas donde acostumbran a copular se redujo de forma significativa y en los días que sucedieron al temblor de 6,3 grados en la escala abierta de Richter, resultó aún más baja que en años precedentes.
"Cuando los sapos aparecen para reproducirse, se quedan habitualmente muy numerosos y muy activos en el sitio de reproducción hasta el fin de la temporada de los amores", indicaron los autores del estudio.
Aún los científicos desconocen qué señales percibieron los sapos comunes (Bufo bufo) tanto tiempo antes de que ocurriera el movimiento telúrico, pero según los científicos su escapada coincidió con perturbaciones presísmicas en la ionosfera, capa de la atmósfera terrestre ionizada de forma permanente.
Dichas alteraciones, detectadas en las frecuencias bajas de radio, podrían encontrarse asociadas a escapes de radón, emanación gaseosa producto de la desintegración radiactiva del radio.
El comportamiento de otros animales como las serpientes, lobos, peces y elefantes ha sido observado para predecir la ocurrencia de terremotos, pero al parecer, los sapos aportan las evidencias más precisas, según los científicos.
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