El Alto 1 Nov (Atipiri).- El Investigador e Intelectual Aymará, Cancio Mamani López; en sus relatos orales cuenta que este 1 de noviembre al medio día llegó el Ajayu (Alma) que fue hacia el Centro del Universo, al Centro de la Galaxia (Q´untiki); este es el ajayu que cada año nos visita al Altar de nuestros hogares.
Una persona cuando fallece tiene 4 Ajayus; la primera se queda en la casa donde falleció (Sayaña), la segunda vive con cada uno de nosotros en nuestros pensamientos, la tercera se queda en el Ayllu o la Comunidad y la cuarta se dirige hacia el Centro de la Galaxia, al Centro del Universo al Q´untiki; y este es el ajayu que cada año viene y nosotros en la tierra lo recibimos en el Altar de Sabiduría (Mesa).
Antes de la llegada de los Españoles al Qullasuyu Marka; los Aymaras convertían a la persona que falleció en una wak´a (Ser Divino) al que le recordaban con Música Autóctona de Pinkillada, preparaban k´usa de Maiz, juphha (Refresco de Maíz y Quinua), K`ispiña en el templo (qullan utanxa); donde estaba el Altar el QuriKancha, el Q´untiki y la chakana.
Cuando llegó la invasión Española y con la muerte de Diego de Almagro nos obligaron a ponernos ropa negra en honor por la Muerte del Español invasor; además con esto nos quitaron la fuerza Femenina de serenidad que teníamos nosotros (El Ch´ama).
Pese a esto la Población Aymará continuó practicando las costumbres de recordar a sus seres queridos con sus tradiciones entre ellas; ponían en el Altar del QuriKancha los huesos (Alma ch`akha) del difunto; en vez de fotografías tallaban el rostro del Difunto en piedra, ceramica y madera; para recordarles como wak´as (Ser Divino). Pero los Españoles (Tumayk jaqinaka), mediante el Padre de la Iglesia Albornoks; recorrió casa por casa para extirpar a nuestras wak´as; los desenterró y los destruyó. Frente a ello los Aymaras continuaron realizando sus wak´as en base a productos como la Quinua, el Tarwi, cañawa, entre otras. Pero los Españoles a la cabeza del Padre de la Iglesia volvieron a destrozar las t´ant´awawas.
Entonces los Aymaras camuflaron sus creencias, realizando t´ant´awawas a semejanza de los q´aras (Españoles Blancos); por eso hasta nuestros días se ponen las mascarillas peladas a las t´ant´awawas; pero en el fondo los Aymaras continuaban recordando a sus wak´as.
En los Yungas los Comunarios reciben a los Ajayus con humo de arbustos verdes (T´olas); e incluso si el perro aúlla es porque hay una persona que llora.
En la Isla de Cohana (Lago Sagrado de Titicaca), las familias esperan a los Ajayus el 1 de noviembre cuando se entra el sol y recién empieza las tradiciones de preparar el Altar.
Para esperar al Ajayu, los familiares deben esperar de todo corazón en su llegada, con una fe firme (Taqí Chuyma); razón por la que se debe sacar el tiempo necesario para preparar el Altar de Sabiduría. Se debe esperar mirando atrás y adelante. En caso de no tener mucha fe; el Ajayu puede provocar sacar a pastar las Ojevas del Corral, hacer quemar el pan, hacer pudrir la comida que uno se preparó, entre otros.
El Ajayu llega al Altar del QuriKancha; cuando sentimos una fuerza entre nosotros, a veces el canto de un Pájaro, el ventarrón, la llegada de una mosca sobre la comida, entre otras señales; permiten identificar que el Ajayu llegó.
Al medio día del 2 de Noviembre; la tradición reza que debemos despedir a nuestros Ajayus montado en una llama con todas las comidas, cosas que le gustaban al Difunto.
La llama en el Mundo Andino, es un camélido muy importante para la ofrenda; pues la llama muere en el lugar de una persona que esta a punto de Morir; los Yatiris la ch´allan, la decoran, la condecoran, le ponen miel en la boca, le dan coca para que mastique y le rezan, ruegan mucho para que la llama acepte morir en el lugar de la Persona. Cuando la llama reacciona con algún gestó el Yatiri se alegra y dice a los familiares que la llama ha aceptado morir en el lugar del enfermo; la llama ha decidido ir al Centro de la Tierra al Q´untiki.
Después de que una persona muere, se quema la ropa y todo objeto que perteneció al Difunto en el lugar denominado Alma pichhaqara; que existe en cada Comunidad, en la tarde; y luego los familiares observan la puesta del Sol del Atardecer para ver quien es el que morirá mas adelante. La quema de estas ropas y pertenencias se realiza sobre un rió que va en dirección hacia la puesta del Sol y ahí también se debe observar la silueta del próximo que fallecerá de la familia.
El Arqueólogo Boliviano Antonio Portugal Alvizuri; cuenta que un día su tío se volvió loco, la familia llamó a un medico, pero no le curaron ni identificaron el mal que tenia; entonces la empleada de la casa dijo que por que no llaman a un Yatiri.
El Yatiri llegó y dio lectura a través de la Coca Sagrada, que su Ajayu del Tío se fue, esta perdido; por lo cual pidió a la familia alistar 7 hombres valientes y el Perro del Tío; para traer al Ajayu y devolverlo al Tío.
El Yatiri, preparó el ritual y le dio un látigo al perro indicándole que vaya a encontrar a su amo; entonces el perro salió a buscarlo y por detrás los 7 hombres le perseguían. El perro encontró y se detenió moviendo su cola; entonces el Yatiri ordenó a los 7 hombres rodear al perro tomados cada uno de la mano en forma de la cadena y así avanzaron hasta el lugar donde le tenían amarrado el Tío, después el Yatiri, dio una orden al Ajayu para que vuelva al cuerpo físico. Luego el tío se recuperó y preguntó a la familia de que por que le tenían amarrado. La familia lo desató y se alegraron pues recuperaron al Ajayu que se había perdido.
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