El triunfo republicano deja en manos de los conservadores al Comité de Relaciones Exteriores y la oficina que establece las políticas de la Cámara Baja hacia la región.
El panorama legislativo introducirá, también, algunos cambios en la forma en que se manejarán las relaciones internacionales con la región. Luego de la abrumadora victoria republicana en la Cámara Baja, la presidencia del Subcomité del Hemisferio Occidental y la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores quedarían en manos opositoras.
Al frente de ambos cargos, se ubicarían dos conservadores, Connie Mack e Ileana Ros-Lehtinen. Se espera que la relación con Cuba se endurezca, imposibilitando la negociación entre las autoridades estadounidenses y las de la isla, para un posible intercambio de detenidos y negando, también, la posibilidad de una flexibilización del embargo.
Otro de los puntos importantes en la agenda de los funcionarios será el reingreso de Honduras a la OEA. Los nuevos legisladores son férreos opositores al aumento de la influencia de Venezuela e Irán en la región y también intentarán impulsar legislación en este sentido.
"La elección de la señora Rousseff es una oportunidad para que Brasil rechace la influencia desestabilizadora de Chávez y Ahmadinejad en el hemisferio, y de fortalecer la libertad, seguridad y prosperidad en toda la región" declaró el propio Mack luego de las recientes elecciones brasileñas.
Lo cierto es que las elecciones de mitad de mandato frena la iniciativa demócrata, pero sin permitir la libre acción a los republicanos. La oposición tendrá dificultades para imponer su agenda debido al control oficialista en el Senado y la opción constitucional del veto presidencial.
En este contexto, uno de los fundamentales objetivos de la comunidad latina en los Estados Unidos ha sido la obtención de una reforma migratoria que regularice la situación de los sin papeles. La propuesta no fue una prioridad en la agenda presidencial durante los primeros dos años de mandato, y el nuevo panorama lo hará casi imposible de implementar.
Sin embargo, el ascenso republicano a los ejecutivos estaduales podría significar un revés para los inmigrantes latinos. La polémica sobre la Ley de Arizona, que habilitaba a las fuerzas del Estado a registrar a las personas sospechosas de ser ilegales, amenaza con extenderse a lo largo del país. A pesar de que la Justicia federal se declaró en contra de la medida, muchos candidatos coquetearon con establecer medidas similares.
Uno de los importantes ganadores que accederá a una banca en la Cámara de Representantes por la oposición, Marco Rubio, sostenía en su plataforma electoral la "oposición a una amnistía para los inmigrantes ilegales".
El nuevo escenario político de los Estados Unidos introduce cambios que podrían frenar o condicionar las políticas del Ejecutivo. Sin embargo, para poder impulsar su propia política, los republicanos deberán antes construirse como opción válida y coherente para las elecciones presidenciales de 2012.
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