La Paz, 3 Nov. (Atipiri / tomado de ABI).- El presidente Evo Morales desplazó los esfuerzos de su Gobierno a las fronteras para frenar el contrabando de alimentos y custodiar el abaratado costo de la canasta familiar boliviana, en comparación con los Estados vecinos, informaron el miércoles fuentes oficiales.
En un breve contacto con periodistas, el vicepresidente Álvaro García Linera garantizó la seguridad alimentaria de los bolivianos, afectada por la escasez de azúcar los últimos días, y culpó a la especulación, al acaparamiento y contrabando por la suba de los precios en los mercados.
"Hay especulación y demasiado contrabando, por ello el presidente Evo Morales ha instruido a las Fuerzas Armadas y Aduana que intensifiquen los operativos de control de las fronteras", dijo.
El Gobierno considera que el contrabando de alimentos es un delito semejante al narcotráfico y, por ello, las Fuerzas Armadas, Policía y Aduana llevan adelante constantes operativos de control en las fronteras de Bolivia, particularmente las que vinculan con Perú, por donde salen combustibles y alimentos de primera necesidad como el azúcar.
"Ese es el caso del azúcar. Hubo una reducción de volúmenes, pero también demasiado contrabando. Un quintal de azúcar en el Perú vale 300 bolivianos, mientras que en el país cuesta entre 180 y 190 bolivianos", afirmó.
El mandatario ratificó la importación de 1.100.000 quintales de azúcar para comercializarlos a un "precio justo" hasta la próxima cosecha de caña de azúcar, previsto para abril del próximo año.
Sostuvo que los alimentos de primera necesidad están garantizados a un precio estable, al calificar de "abusiva" y "exagerada" la especulación de precios las últimas semanas por la celebración de Todos Santos.
Por su parte, el emisor Banco Central de Bolivia (BCB) confirmó el miércoles que el país es víctima de la escasez de alimentos a nivel internacional como consecuencia del calentamiento global.
El presidente del BCB, Gabriel Loza, dijo que la respuesta política y económica interna debe ser de apoyo a la producción. Aclaró que los precios internacionales de los alimentos "no son una responsabilidad nacional".
Asimismo, ratificó que la tasa inflacionaria para esta gestión fluctuará en torno al 4,5 por ciento.
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