Arabia 28 Ene (Atipiri/eluniversal).- Los participantes en la Confederación Internacional de Sindicatos de Trabajadores Árabes (CISA), que se reúne estos días en Rabat, se posicionaron hoy "del lado de los pueblos árabes y no del de los regímenes", en alusión a las revueltas sociales que vive Egipto. El secretario general de la CISA, Ragab Maatuk, dijo en una rueda de prensa tras la reunión que su organismo, que agrupa a la mayoría de sindicatos de países árabes, "se compromete siempre a estar junto a los pueblo, desde el Atlántico hasta el Golfo (Pérsico)", informó AFP.
Maatuk aseguró que la CISA no tiene otra opción salvo apoyar a los pueblos que "se enfrentan a las metralletas de la policía a pecho descubierto para pedir democracia y condenar políticas que solo alentaron la privación y la corrupción".
Añadió que la revuelta social que ha estallado en Egipto y la de Túnez son consecuencia de "la falta de respuestas a las demandas de los pueblos y fruto de las políticas policiales que ejercen los regímenes árabes".
"Lo que está pasando en Egipto es resultado de la privatización de los sectores sociales básicos, como la enseñanza y la sanidad, lo que limitó el acceso de las clases sociales mayoritarias a los mismos" destacó Maatuk.
Por otro lado, el miembro de la secretaria general de la CISA, Abdesatar Mansur, que es también uno de los líderes de la Unión General Tunecina de Trabajo (UGTT), consideró que la revuelta social en su país fue "espontánea" y que "nadie, ni en Túnez ni en el resto del mundo, previo la caída del régimen de Ben Alí".
Según Mansur, la UGTT - que jugó un papel fundamental en la caída de Ben Alí- solo acogió y coordinó la lucha del pueblo, y también se hizo portavoz de las reivindicaciones populares para que fueran escuchadas.
Añadió que a través de este papel su sindicato "ocupó el hueco que dejaron los partidos políticos a causa de la represión".
Y respecto a una posible implicación de partes extranjeras en la revolución del pueblo tunecino, Mansur reiteró que la revuelta del pueblo tunecino no fue planeada y "sorprendió a los aparatos de opresión del antiguo régimen y al mundo entero".
Además de las revueltas sociales que se registran en varios países árabes como Túnez, Egipto o Yemen, que dominaron los trabajos de esta reunión, los participantes evocaron también los esfuerzos que hace la CISA para implantar células sindicales por primera vez en países árabes como Arabia Saudí y Bahrein.
La CISA, que fue creada en el año 1956 para coordinar la acción sindical en el mundo árabe, lucha, sobre todo, por la armonización de las leyes nacionales de trabajo con los tratados y los convenios internacionales, y acoge actualmente a la mayoría de las centrales árabes.
Maatuk aseguró que la CISA no tiene otra opción salvo apoyar a los pueblos que "se enfrentan a las metralletas de la policía a pecho descubierto para pedir democracia y condenar políticas que solo alentaron la privación y la corrupción".
Añadió que la revuelta social que ha estallado en Egipto y la de Túnez son consecuencia de "la falta de respuestas a las demandas de los pueblos y fruto de las políticas policiales que ejercen los regímenes árabes".
"Lo que está pasando en Egipto es resultado de la privatización de los sectores sociales básicos, como la enseñanza y la sanidad, lo que limitó el acceso de las clases sociales mayoritarias a los mismos" destacó Maatuk.
Por otro lado, el miembro de la secretaria general de la CISA, Abdesatar Mansur, que es también uno de los líderes de la Unión General Tunecina de Trabajo (UGTT), consideró que la revuelta social en su país fue "espontánea" y que "nadie, ni en Túnez ni en el resto del mundo, previo la caída del régimen de Ben Alí".
Según Mansur, la UGTT - que jugó un papel fundamental en la caída de Ben Alí- solo acogió y coordinó la lucha del pueblo, y también se hizo portavoz de las reivindicaciones populares para que fueran escuchadas.
Añadió que a través de este papel su sindicato "ocupó el hueco que dejaron los partidos políticos a causa de la represión".
Y respecto a una posible implicación de partes extranjeras en la revolución del pueblo tunecino, Mansur reiteró que la revuelta del pueblo tunecino no fue planeada y "sorprendió a los aparatos de opresión del antiguo régimen y al mundo entero".
Además de las revueltas sociales que se registran en varios países árabes como Túnez, Egipto o Yemen, que dominaron los trabajos de esta reunión, los participantes evocaron también los esfuerzos que hace la CISA para implantar células sindicales por primera vez en países árabes como Arabia Saudí y Bahrein.
La CISA, que fue creada en el año 1956 para coordinar la acción sindical en el mundo árabe, lucha, sobre todo, por la armonización de las leyes nacionales de trabajo con los tratados y los convenios internacionales, y acoge actualmente a la mayoría de las centrales árabes.
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