martes, 23 de agosto de 2011

ENTIERRAN A NIÑO MARCHISTA Y LA MARCHA INDÍGENA CONTINÚA A PESAR DE LA BAJA AYOREA


Trinidad, BENI, 23 Ago. (ATIPIRI / Patujú).- El niño marchista de 12 años de edad que falleció accidentalmente fue enterrado este lunes en el cementerio general de Trinidad, mientras tanto la marcha indígena en rechazó a la construcción del II tramo de la carretera Villa Tunari a San Ignacio de Moxos continúa rumbo a la sede Gobierno en La Paz.  

El niño falleció la madrugada del domingo en el hospital trinitario a pesar de que fue intervenido quirúrgicamente para que se recupere del golpe en la cabeza que sufrió al caer de una movilidad en la marcha.

MARCHA INDÍGENA CONTINÚA A PESA DE LA BAJA AYOREA

La marcha indígena que defiende el TIPNIS partió este lunes desde San Ignacio de Moxos a pesar de la decisión de un grupo de Ayoreos de no continuar con la caminata.

Cientos de marchistas de todo el país reclaman al Gobierno la paralización de la construcción de un tramo de la carretera Villa Tunari-San Ignacio que pasará por el área protegida y territorio indígena Isiboro Sécure.

Los marchistas partieron alrededor de las 06.45 horas y recorrieron 20 kilómetros hasta llegar a Puerto San Borja, a orillas del río Apere, al medio día de este lunes, donde piensan pasar la noche para continuar su viaje al día siguiente a la ciudad de La Paz.

Caminaron bajo un cielo encapotado y con el frío producido por los vientos del sur, una situación muy diferente a cuando partieron hace una semana desde Trinidad, donde cielo estaba despejado y el sol elevó la temperatura ambiente a más de 30 grados centígrados.

Mientras tanto en San Ignacio, un grupo de 40 ayoreos pidieron ayuda para regresar a sus comunidades en el vecino departamento de Santa Cruz.

Aseguraron que fueron engañados por los dirigentes indígenas en cuanto a la marcha y además no les dieron la alimentación comprometida.

Mujeres realizando filas para recibir alimentos para los niños.
Cientos de indígenas del oriente y occidente boliviano están listos para iniciar la segunda semana de marcha en defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

Los marchistas llegaron el viernes a San Ignacio de Moxos población del departamento del Beni ubicada a 90 kilómetros de Trinidad, capital beniana de donde partieron el lunes 15 de agosto.

El presidente de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB), Pedro Vare, dijo, la noche de este domingo, que el campamento podría ser levantado en cualquier momento ante el temor de que algunos habitantes ignacianos intenten bloquear la marcha, como lo intentaron el jueves.

Por su parte, la presidenta de la Central de Mujeres Indígenas del Beni (CMIB), Melva Hurtado, aseguró que pese a las desventajas tienen el ánimo y la convicción de continuar caminando.

“Estamos tranquilos y con fuerza para seguir adelante. Esta es la lucha de nosotros los indígenas y estamos reclamando nuestro justo derechos. Estamos diciéndole al Presidente (Morales) que respete nuestros derechos, que respete nuestros territorios y que respete también los derechos de las mujeres”, indicó.

Los marchistas recibieron este domingo dos duros golpes.

En horas de la madrugada murió un joven identificado con las iniciales (PMN), varios días después de haberse golpeado la cabeza al caer de una camioneta junto a un compañero.

El menor de edad era hijo de una autoridad comunal, el corregidor del San Ramoncito del río Ichoa, en el TIPNIS. Falleció en el hospital Municipal “Presidente Germán Busch” de Trinidad, donde fue sometido a un par de cirugías, que sin embargo no fueron suficientes para curar su herida.

Se tiene pensado realizar un velorio simbólico en el campamento por la pérdida, mientras que el cuerpo del joven es velado en las oficinas de la Subcentral del TIPNIS en la capital trinitaria. Será enterrado este lunes.

El segundo golpe lo sufrieron al escuchar al presidente del país, Evo Morales, en un medio de comunicación estatal.

El presidente Morales acusó a dirigentes indígenas de tener contactos telefónicos con la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia, y justificó el proyecto carretero que unirá a Villa Tunari con San Ignacio de Moxos.

Uno de los aludidos fue el presidente del CONALCAM, Rafael Quispe, quien rechazó su supuesta vinculación con el gobierno norteamericano para perjudicar al Gobierno boliviano.

Quispe reconoció haber tenido contacto con la Embajada estadounidense pero para tramitar una visa al país del norte. Dijo, también, haber recibido llamadas telefónicas de apoyo a la movilización de diferentes organizaciones, pero de ninguna manera para conspirar en contra del Gobierno Nacional.

“Nunca recibí llamada (que diga), soy de la Embajada, haremos esto. Nunca recibí ese tipo de llamadas”, afirmó.

Quispe anunció que en septiembre, cuando termine su gestión, iniciará una demanda en contra del Dignatario Boliviano.

El Presidente hizo otras apreciaciones sobre el movimiento indígena que se dirige hacia la ciudad de La Paz en rechazo a la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, que pasaría por el TIPNIS.

Vare lamentó las declaraciones del Presidente Morales de quien dijo sentirse decepcionado.

“Lamentamos la posición del actual gobierno. Es absurdo que nos siga discriminando, nos siga acusando de cosas que son totalmente falsas. Es el argumento que no esperábamos de este gobierno, de nuestro Presidente”, señaló.

Reiteró que las demandas de los pueblos indígenas que marchan son reales.

Los indígenas armaron su campamento el viernes en inmediaciones del ex Servicio Prefectural de Caminos donde cuentan con agua y energía eléctrica, mientras esperaban iniciar el diálogo con el presidente Morales en persona y en el lugar donde se encuentre la marcha.

Allí los sorprendió un frente frío que llegó desde el sur y que los obligó a buscar abrigo.

El descanso también sirvió para recuperar sus fuerzas y mejorar su salud. De acuerdo a los galenos que los atienden, se presentaron casos de dolores musculares, deshidratación y ampollas en los pies.

Con el descenso de la temperatura ambiente se multiplicaron los resfríos. El polvo del camino provocó infecciones en los ojos de algunos de ellos, mientras que la falta de agua potable provocó diarreas y problemas intestinales.

Los marchistas recibieron una nueva dotación de víveres que fue distribuida entre las 12 regionales de pueblos indígenas de las tierras bajas del país.

Los indígenas esperan no tener problemas con los pobladores de San Ignacio, quienes ven en la marcha una amenaza para que se suspenda la construcción de la carretera a la que apoyan.

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Agencia Regional de Noticias -- ARN

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