Perú, 23 May. (ATIPIRI / PL).- El bloqueo campesino de los pasos fronterizos entre Perú y Bolivia entró hoy en su tercera semana, mientras el gobierno decretó la intervención de las fuerzas armadas.
Mientras miles de labriegos del sur de la región de Puno, colindante con Bolivia, se concentran en la ciudad del mismo nombre para que atiendan sus demandas, el gobierno exigió en Lima que el diálogo se reanude en la capital.La primera ministra Rosario Fernández dijo que se mantiene la voluntad de diálogo, aunque lo suspendió en Puno por falta de garantías ante la presencia de miles de manifestantes, por lo que invita a los dirigentes a venir a Lima a conversar, para lo cual les facilita tranporte aéreo.
El cierre de los dos pasos fronterizos bloqueó el transporte de carga boliviana con destino a Perú o a terceros países con embarque en puertos del sur peruano y la protesta rechaza las concesiones mineras y petroleras en el territorio puneño fronterizo.
Por su parte, el presidente del Frente de Defensa de los recursos naturales de la zona sur de Puno, Walter Aduviri, rechazó llevar el diálogo a Lima, dijo que debe seguir en Puno y acusó al gobierno de "patear el tablero".
Señaló que el citado frente plantea que el Consejo de Ministros que preside Fernández se reúna en la ciudad de Puno, capital regional, para tratar el problema.
El reclamo fue rechazado por la primera ministra, al señalar que ella tiene su propia agenda y que el tema es técnico y compete a los viceministros de Minas, Agricultura e Interior, encargados del caso.
En ese marco, el Ministerio de Defensa autorizó la intervención temporal, hasta el 11 de junio, de las fuerzas armadas en apoyo de la policía para resguardar el orden público en la región de Puno.
Reportes radiales de Puno indican que nuevas organizaciones sociales se suman a la protesta, que rechaza la actividad minera y petrolera por su efecto contaminante dañino para la agricultura y la ganadería tradicionales en el sur de Puno.
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