Inglaterra, 24 May. (ATIPIRI / ElPais.com).- Conscientes del temor a que se reproduzca el caos aéreo que el año pasado causó la nube de ceniza volcánica procedente del Eyjafjalla, las autoridades europeas gestionan con mucha más prudencia la erupción de otro volcán islandés, el Grimsvötn.
Pese a que las cenizas han obligado a cancelar hoy 252 vuelos, la mayoría con salida o destino Escocia, tanto la Comisión Europea como Reino Unido e Irlanda, por el momento los países más afectados, han asegurado que no tienen intención de cerrar el espacio aéreo de forma generalizada.
Además, este año se han distinguido tres niveles de riesgo y la mayoría de las aerolíneas están preparadas para volar con nubes volcánicas de riesgo bajo o medio.
La Autoridad de la Aviación Civil (CAA) de Reino Unido aseguró ayer que las medidas adoptadas desde el año pasado "ayudarán a limitar cualquier trastorno en el caso de que las cenizas volcánicas alcancen esta semana el espacio aéreo europeo". Pero la CAA ha advertido que "no se puede descartar un trastorno de la aviación". Que el nivel de complicación aumente dependerá de cómo evolucione la erupción y de la nube, en función de los vientos y la meteorología.
Por el momento, la columna de humo sobre el Grimsvötn ha disminuido hoy nuevamente, y se sitúa entre los tres y los seis kilómetros de altura, según la policía nacional islandesa. Ayer llegaba hasta los 10 kilómetros, y el sábado, cuando se inició la erupción, sobrepasaba los 20 kilómetros. Sin embargo, la Oficina Meteorológica de Islandia ha informado de que los temblores en el volcán continúan, por lo que aún es pronto para saber si está perdiendo potencia.
Según los mapas de predicción de la Agencia Meteorológica de Reino Unido, llegará este mediodía a Irlanda y cubrirá casi por entero Inglaterra aunque con una densidad baja, y tocará el suroeste de Noruega y el oeste de Dinamarca con una concentración medio-alta a lo largo de la tarde, donde provocará algunas restricciones de vuelo, según las autoridades de ambos países. Tanto Reino Unido como Irlanda han asegurado esta mañana que en esta ocasión, la ceniza no provocará el cierre total del espacio aéreo. "Nos hemos movido a una forma diferente de trabajar, no cerraremos el espacio aéreo", ha declarado el secretario de Transporte británico, Philip Hammond, a la BBC. Por su parte, el operador de los aeropuertos noruegos Avinor ha anunciado que la nube solo provocará "perturbaciones menores" en el tráfico aéreo.
Esta mañana, funcionaba el principal aeropuerto islandés, el de Keflavik, reabierto anoche después de cerrar el domingo. La Organización Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea (Eurocontrol) incluye en su twitter actualizaciones sobre aeropuertos y consulta a las preguntas de los usuarios, aunque en muchos de los casos aconseja consultar directamente con las compañías aéreas.
KLM efectuó ayer las primeras cancelaciones: la aerolínea suspendió 16 vuelos previstos para la mañana de hoy con origen o destino en Aberdeen, Glasgow, Edimburgo y Newcastle. British Airways no operará ningún vuelo entre Londres y Escocia hasta las tres de la tarde de hoy (hora peninsular española). EasyJet, Flybe, Aer Lingus, Loganair y Eastern Airways también han cancelado vuelos en las islas.
La aerolínea de bajo coste Ryanair, que ha tenido que suspender 36 vuelos entre Escocia y otras ciudades europeas, ha anunciado en su web que protestará, junto con otras compañías, al Ministerio de Transporte y a las autoridades aéreas por lo que considera "cancelaciones innecesarias". Según la compañía irlandesa, la Autoridad de Aviación Irlandesa ha informado de que no puede operar vuelos a aeropuertos escoceses al menos hasta la una de la tarde, hora local (una hora más en la España peninsular). "Ryanair cree que no hay riesgos de seguridad" en vuelos desde y hacia Escocia, asegura.
De hecho, la compañía ha confirmado a mediodía que esta mañana ha efectuado un "vuelo de verificación de una hora", a 41.000 pies de altitud sobre el espacio aéreo escocés. El avión despegó desde Glasgow, y pasó por Inverness y Aberdeen antes de aterrizar en Edimburgo, es decir, justo sobre la zona de alta conentración de cenizas de los mapas de predicciones. "No había una nube de cenizas volcánicas visible u otra presencia de ceniza volcánica, y la inspección tras el vuelo no mostró ninguna prueba de ceniza volcánica en el fuselaje, las alas o el motor", afirma Ryanair. "La ausencia de ceniza volcánica en la atmósfera apoya la visión ya expresada por Ryanair de que no hay amenazas para la seguridad de los aviones en esta mítica 'zona roja' que es otra equivocada invención de la Oficina Meteorológica de Reino Unido y de la CAA".
Entre los vuelos afectados de esta aerolínea, figuran cinco conexiones desde España en las rutas Alicante-Glasgow, Girona-Glasgow, Fuerteventura-Edimburgo, Las Palmas-Glasgow y Tenerife-Glasgow. Mientras, EasyJet, que asegura en un comunicado que "la seguridad es la prioridad número uno", ha cancelado las rutas Málaga-Glasgow, Alicante-Glasgow y Madrid-Edimburgo. En total, 12 vuelos han sido cancelados hasta las once de la mañana desde aeropuertos españoles a Reino Unido, según Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Hasta esa hora, se habían operado 81 vuelos de las 769 operaciones programadas para hoy entre los aeropuertos de la red de AENA y aeropuertos de Irlanda (65) y Reino Unido (704), los países más afectados por la nube.
Sector mejor preparado
Esta vez la nube volcánica es más densa, lo que aparentemente hace que la ceniza caiga antes a tierra y que la que se aleja de Islandia sea más liviana. Además, los vientos en Islandia soplan este año con menos fuerza que en 2010. Otro aspecto positivo es que las dos erupciones anteriores del Grimsvötn, en 1998 y en 2004, duraron solo una semana. En cambio, el Eyjafjalla no había entrado en erupción desde 1921 y cuando lo hizo en abril de 2010 no se tenían parámetros para hacer una estimación sobre su duración.
Pero, según las autoridades del transporte aéreo europeo, la gran diferencia respecto al año pasado es que el sector está mejor preparado. En 2010 el tráfico se llegó a paralizar en 20 países porque Europa nunca había sufrido una nube volcánica como la provocada por el Eyjafjalla y los precedentes de accidentes aéreos cerca de volcanes asiáticos años atrás dispararon el pánico y los Gobiernos optaron por la vía drástica: decretar el cierre del espacio aéreo de forma inmediata. El año pasado, el director general de Movilidad, Matthias Ruete, acabó admitiendo que la decisión de cerrar el espacio aéreo europeo se basó en la aplicación de un modelo matemático teórico sin contraste empírico.
Este año se han identificado tres niveles de riesgo para la aviación. El nivel bajo se da cuando la densidad de la nube volcánica es inferior a dos gramos de ceniza por diez metros cúbicos de aire. En ese caso se considera que la navegación aérea no es peligrosa. Si la nube volcánica alcanza una densidad de entre dos y cuatro gramos se considera que el riesgo es medio y solo pueden volar aquellas compañías que han presentado un informe de seguridad que garantiza que sus aviones están preparados para sobrevolar una nube de esas características. "Muchas compañías aéreas ya han presentado esos informes", según la CAA.
Por encima de los cuatro gramos de ceniza por diez metros cúbicos de aire se considera un riesgo alto y "ninguna compañía ha presentado informes de seguridad para volar con esa alta densidad de ceniza".
El Barça, pendiente del cielo
El volcán islandés tiene este año otro denominador común con el del año pasado: coincide con un partido clave del FC Barcelona en la Champions, el gran torneo futbolístico europeo. Esta vez es la final, el sábado en Londres, contra el Manchester United. En 2010, el Barcelona ya se vio obligado a última hora a viajar en autocar hasta Milán para jugar el partido de ida de semifinales contra el Inter. El cansancio acumulado en ese viaje ha sido considerado una de las dos claves de la derrota en aquel partido. La otra clave fue el arbitraje de un paisano del entonces entrenador del Inter, José Mourinho.
Esta vez el Barcelona ha decidido adelantar a esta noche el vuelo, previsto inicialmente para el jueves. Pero la nube volcánica puede tener un gran impacto en los casi 25.000 hinchas barcelonistas con entradas para Wembley. Muchos de ellos esperan viajar en avión. Pero también se pueden ver afectados quienes vayan a viajar en tren o en autobús o en coche porque un eventual cierre del espacio aéreo saturaría tanto el tren como los transbordadores que cruzan el canal de la Mancha.
La amenaza de la nube ya obligó ayer al presidente de EE UU, Barack Obama, a adelantar su viaje desde Irlanda a Londres. También podría afectar a los dirigentes del G-8, que se reunirán esta semana en el norte de Francia, ya que las cenizas podrían alcanzar este país así como el norte de España el jueves.
La Autoridad de la Aviación Civil (CAA) de Reino Unido aseguró ayer que las medidas adoptadas desde el año pasado "ayudarán a limitar cualquier trastorno en el caso de que las cenizas volcánicas alcancen esta semana el espacio aéreo europeo". Pero la CAA ha advertido que "no se puede descartar un trastorno de la aviación". Que el nivel de complicación aumente dependerá de cómo evolucione la erupción y de la nube, en función de los vientos y la meteorología.
Por el momento, la columna de humo sobre el Grimsvötn ha disminuido hoy nuevamente, y se sitúa entre los tres y los seis kilómetros de altura, según la policía nacional islandesa. Ayer llegaba hasta los 10 kilómetros, y el sábado, cuando se inició la erupción, sobrepasaba los 20 kilómetros. Sin embargo, la Oficina Meteorológica de Islandia ha informado de que los temblores en el volcán continúan, por lo que aún es pronto para saber si está perdiendo potencia.
Según los mapas de predicción de la Agencia Meteorológica de Reino Unido, llegará este mediodía a Irlanda y cubrirá casi por entero Inglaterra aunque con una densidad baja, y tocará el suroeste de Noruega y el oeste de Dinamarca con una concentración medio-alta a lo largo de la tarde, donde provocará algunas restricciones de vuelo, según las autoridades de ambos países. Tanto Reino Unido como Irlanda han asegurado esta mañana que en esta ocasión, la ceniza no provocará el cierre total del espacio aéreo. "Nos hemos movido a una forma diferente de trabajar, no cerraremos el espacio aéreo", ha declarado el secretario de Transporte británico, Philip Hammond, a la BBC. Por su parte, el operador de los aeropuertos noruegos Avinor ha anunciado que la nube solo provocará "perturbaciones menores" en el tráfico aéreo.
Esta mañana, funcionaba el principal aeropuerto islandés, el de Keflavik, reabierto anoche después de cerrar el domingo. La Organización Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea (Eurocontrol) incluye en su twitter actualizaciones sobre aeropuertos y consulta a las preguntas de los usuarios, aunque en muchos de los casos aconseja consultar directamente con las compañías aéreas.
KLM efectuó ayer las primeras cancelaciones: la aerolínea suspendió 16 vuelos previstos para la mañana de hoy con origen o destino en Aberdeen, Glasgow, Edimburgo y Newcastle. British Airways no operará ningún vuelo entre Londres y Escocia hasta las tres de la tarde de hoy (hora peninsular española). EasyJet, Flybe, Aer Lingus, Loganair y Eastern Airways también han cancelado vuelos en las islas.
La aerolínea de bajo coste Ryanair, que ha tenido que suspender 36 vuelos entre Escocia y otras ciudades europeas, ha anunciado en su web que protestará, junto con otras compañías, al Ministerio de Transporte y a las autoridades aéreas por lo que considera "cancelaciones innecesarias". Según la compañía irlandesa, la Autoridad de Aviación Irlandesa ha informado de que no puede operar vuelos a aeropuertos escoceses al menos hasta la una de la tarde, hora local (una hora más en la España peninsular). "Ryanair cree que no hay riesgos de seguridad" en vuelos desde y hacia Escocia, asegura.
De hecho, la compañía ha confirmado a mediodía que esta mañana ha efectuado un "vuelo de verificación de una hora", a 41.000 pies de altitud sobre el espacio aéreo escocés. El avión despegó desde Glasgow, y pasó por Inverness y Aberdeen antes de aterrizar en Edimburgo, es decir, justo sobre la zona de alta conentración de cenizas de los mapas de predicciones. "No había una nube de cenizas volcánicas visible u otra presencia de ceniza volcánica, y la inspección tras el vuelo no mostró ninguna prueba de ceniza volcánica en el fuselaje, las alas o el motor", afirma Ryanair. "La ausencia de ceniza volcánica en la atmósfera apoya la visión ya expresada por Ryanair de que no hay amenazas para la seguridad de los aviones en esta mítica 'zona roja' que es otra equivocada invención de la Oficina Meteorológica de Reino Unido y de la CAA".
Entre los vuelos afectados de esta aerolínea, figuran cinco conexiones desde España en las rutas Alicante-Glasgow, Girona-Glasgow, Fuerteventura-Edimburgo, Las Palmas-Glasgow y Tenerife-Glasgow. Mientras, EasyJet, que asegura en un comunicado que "la seguridad es la prioridad número uno", ha cancelado las rutas Málaga-Glasgow, Alicante-Glasgow y Madrid-Edimburgo. En total, 12 vuelos han sido cancelados hasta las once de la mañana desde aeropuertos españoles a Reino Unido, según Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Hasta esa hora, se habían operado 81 vuelos de las 769 operaciones programadas para hoy entre los aeropuertos de la red de AENA y aeropuertos de Irlanda (65) y Reino Unido (704), los países más afectados por la nube.
Sector mejor preparado
Esta vez la nube volcánica es más densa, lo que aparentemente hace que la ceniza caiga antes a tierra y que la que se aleja de Islandia sea más liviana. Además, los vientos en Islandia soplan este año con menos fuerza que en 2010. Otro aspecto positivo es que las dos erupciones anteriores del Grimsvötn, en 1998 y en 2004, duraron solo una semana. En cambio, el Eyjafjalla no había entrado en erupción desde 1921 y cuando lo hizo en abril de 2010 no se tenían parámetros para hacer una estimación sobre su duración.
Pero, según las autoridades del transporte aéreo europeo, la gran diferencia respecto al año pasado es que el sector está mejor preparado. En 2010 el tráfico se llegó a paralizar en 20 países porque Europa nunca había sufrido una nube volcánica como la provocada por el Eyjafjalla y los precedentes de accidentes aéreos cerca de volcanes asiáticos años atrás dispararon el pánico y los Gobiernos optaron por la vía drástica: decretar el cierre del espacio aéreo de forma inmediata. El año pasado, el director general de Movilidad, Matthias Ruete, acabó admitiendo que la decisión de cerrar el espacio aéreo europeo se basó en la aplicación de un modelo matemático teórico sin contraste empírico.
Este año se han identificado tres niveles de riesgo para la aviación. El nivel bajo se da cuando la densidad de la nube volcánica es inferior a dos gramos de ceniza por diez metros cúbicos de aire. En ese caso se considera que la navegación aérea no es peligrosa. Si la nube volcánica alcanza una densidad de entre dos y cuatro gramos se considera que el riesgo es medio y solo pueden volar aquellas compañías que han presentado un informe de seguridad que garantiza que sus aviones están preparados para sobrevolar una nube de esas características. "Muchas compañías aéreas ya han presentado esos informes", según la CAA.
Por encima de los cuatro gramos de ceniza por diez metros cúbicos de aire se considera un riesgo alto y "ninguna compañía ha presentado informes de seguridad para volar con esa alta densidad de ceniza".
El Barça, pendiente del cielo
El volcán islandés tiene este año otro denominador común con el del año pasado: coincide con un partido clave del FC Barcelona en la Champions, el gran torneo futbolístico europeo. Esta vez es la final, el sábado en Londres, contra el Manchester United. En 2010, el Barcelona ya se vio obligado a última hora a viajar en autocar hasta Milán para jugar el partido de ida de semifinales contra el Inter. El cansancio acumulado en ese viaje ha sido considerado una de las dos claves de la derrota en aquel partido. La otra clave fue el arbitraje de un paisano del entonces entrenador del Inter, José Mourinho.
Esta vez el Barcelona ha decidido adelantar a esta noche el vuelo, previsto inicialmente para el jueves. Pero la nube volcánica puede tener un gran impacto en los casi 25.000 hinchas barcelonistas con entradas para Wembley. Muchos de ellos esperan viajar en avión. Pero también se pueden ver afectados quienes vayan a viajar en tren o en autobús o en coche porque un eventual cierre del espacio aéreo saturaría tanto el tren como los transbordadores que cruzan el canal de la Mancha.
La amenaza de la nube ya obligó ayer al presidente de EE UU, Barack Obama, a adelantar su viaje desde Irlanda a Londres. También podría afectar a los dirigentes del G-8, que se reunirán esta semana en el norte de Francia, ya que las cenizas podrían alcanzar este país así como el norte de España el jueves.
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