Concentraciones egipcias en la plaza de Tahrir |
Egipto 8 Feb (Atipiri/Europa Press).- Cientos de miles de egipcios, cerca de un millón según las televisiones árabes, se han congregado nuevamente este martes en El Cairo, por decimoquinto día consecutivo, para pedir al presidente del país, Hosni Mubarak, su dimisión inmediata y poner de manifiesto su rechazo a las medidas adoptadas hasta ahora por éste para relajar la tensión.
Como ya es habitual desde hace dos semanas, pero con una mayor presencia que en días anteriores, los egipcios han acudido en masa a la plaza Tahrir, algunos de ellos por primera vez desde que comenzaron las protestas, para reclamar la salida definitiva del poder de Mubarak, que gobierna el país desde hace tres décadas. También ha habido protestas en Alejandría, segunda ciudad del país. De poco parecen haber servido las concesiones hechas hasta ahora por el mandatario, como su decisión de no presentarse a las elecciones presidenciales de septiembre o su promesa de una transición pacífica del poder. Tampoco parece estar surtiendo efecto el diálogo emprendido el domingo por el nuevo vicepresidente, Omar Suleiman, con los grupos de oposición, incluidos los ilegalizados Hermanos Musulmanes.
En este sentido, Suleiman ha anunciado hoy, tras un encuentro con Mubarak, la formación de una "comisión constitucional, que supervisará las enmiendas a la Constitución y las enmiendas legislativas que se requieran". Asimismo, ha asegurado que está en marcha "una hoja de ruta clara con un calendario fijo para cumplir con una transferencia pacífica y organizada del poder". Según informa el diario independiente 'Al Masri al Youm', la comisión formada por Mubarak está compuesta de once expertos legales que deberán elaborar propuestas para la enmienda de tres artículos de la Constitución, en concreto para modificar las condiciones para ser candidato a la presidencia, limitar el número de mandatos del presidente y restablecer la supervisión judicial plena de los comicios. Dicho comité lo encabeza el magistrado Serri Mahmud Siam, un firme partidario del régimen de Mubarak, según el diario, que contribuyó a redactar las enmiendas constitucionales introducidas en 2007 en 34 artículos y que la oposición y los grupos de Derechos Humanos calificaron de insconstitucionales.
Entre otras cosas, prohibían la actividad política pacífica, en particular la de los Hermanos Musulmanes, el mayor grupo opositor del país. Sin embargo, entre los miembros del comité figuran también Ahmed Kamal Abuel Magd, un defensor de los Derechos Humanos; Ahmed Mekki, un magistrado reformista, y Yehia el Gamal e Ibrahim Darwish, claros opositores al régimen de Mubarak. Pero la creación de esta comisión constitucional no ha recibido una buena acogida, según el periódico independiente. "El problema no requiere una comisión", subraya el portavoz del partido Frente Democrático, Ibrahim Nawar, para quien "el régimen quiere malgastar el tiempo y distraernos con comisiones y diálogos hasta que termine el mandato de Mubarak".
Por su parte, Husein Abdel Razek, un alto cargo del partido de izquierda Tagammu, ha considerado que hay más artículos de la Constitución que deben ser enmendados. "El problema de la Constitución egipcia es que no fija un equilibrio entre los tres brazos del poder y el ejecutivo mantiene la supremacía", ha subrayado.
Los Hermanos Musulmanes han pedido a la nueva comisión que "encuentre una solución para que cualquier enmienda constitucional se aplique inmediatamente para restaurar la dignidad de todos los egipcios, que merecen vivir una vida digna y libre de la opresión y la corrupción". En este sentido, consideran en un comunicado que el Gobierno "no ha cumplido con las demandas de los ciudadanos y se ha quedado corto". "Las demandas del pueblo se mantienen, ya que han perdido la confianza en cualquier autoridad y han comenzado a cuestionarse la seriedad de los cambios prometidos", subraya el grupo islamista.
Así las cosas, los Hermanos Musulmanes insisten en que han aceptado entrar en el diálogo con el Gobierno "sin la intención de llevar adelante las demandas del grupo", sino que su interés es "participar como parte del pueblo, con el pueblo y por el pueblo". Por ello, añaden, "estamos constantemente reevaluando la situación desde todos los puntos de vista con todo Egipto en mente". Además, expresan su respeto por el Ejército, "que se ha mantenido neutral", y le piden que "siga protegiendo a los egipcios del régimen corrupto".
Hasta la plaza de la Independencia en la capital han llegado también hoy muchas personas por primera vez, alguno de ellos inspirados por la puesta en libertad ayer del directivo de Google Wael Ghonim, quien es considerados como uno de los promotores de las protestas por haber creado un grupo en Facebook.
En este sentido, Suleiman ha anunciado hoy, tras un encuentro con Mubarak, la formación de una "comisión constitucional, que supervisará las enmiendas a la Constitución y las enmiendas legislativas que se requieran". Asimismo, ha asegurado que está en marcha "una hoja de ruta clara con un calendario fijo para cumplir con una transferencia pacífica y organizada del poder". Según informa el diario independiente 'Al Masri al Youm', la comisión formada por Mubarak está compuesta de once expertos legales que deberán elaborar propuestas para la enmienda de tres artículos de la Constitución, en concreto para modificar las condiciones para ser candidato a la presidencia, limitar el número de mandatos del presidente y restablecer la supervisión judicial plena de los comicios. Dicho comité lo encabeza el magistrado Serri Mahmud Siam, un firme partidario del régimen de Mubarak, según el diario, que contribuyó a redactar las enmiendas constitucionales introducidas en 2007 en 34 artículos y que la oposición y los grupos de Derechos Humanos calificaron de insconstitucionales.
Entre otras cosas, prohibían la actividad política pacífica, en particular la de los Hermanos Musulmanes, el mayor grupo opositor del país. Sin embargo, entre los miembros del comité figuran también Ahmed Kamal Abuel Magd, un defensor de los Derechos Humanos; Ahmed Mekki, un magistrado reformista, y Yehia el Gamal e Ibrahim Darwish, claros opositores al régimen de Mubarak. Pero la creación de esta comisión constitucional no ha recibido una buena acogida, según el periódico independiente. "El problema no requiere una comisión", subraya el portavoz del partido Frente Democrático, Ibrahim Nawar, para quien "el régimen quiere malgastar el tiempo y distraernos con comisiones y diálogos hasta que termine el mandato de Mubarak".
Por su parte, Husein Abdel Razek, un alto cargo del partido de izquierda Tagammu, ha considerado que hay más artículos de la Constitución que deben ser enmendados. "El problema de la Constitución egipcia es que no fija un equilibrio entre los tres brazos del poder y el ejecutivo mantiene la supremacía", ha subrayado.
Los Hermanos Musulmanes han pedido a la nueva comisión que "encuentre una solución para que cualquier enmienda constitucional se aplique inmediatamente para restaurar la dignidad de todos los egipcios, que merecen vivir una vida digna y libre de la opresión y la corrupción". En este sentido, consideran en un comunicado que el Gobierno "no ha cumplido con las demandas de los ciudadanos y se ha quedado corto". "Las demandas del pueblo se mantienen, ya que han perdido la confianza en cualquier autoridad y han comenzado a cuestionarse la seriedad de los cambios prometidos", subraya el grupo islamista.
Así las cosas, los Hermanos Musulmanes insisten en que han aceptado entrar en el diálogo con el Gobierno "sin la intención de llevar adelante las demandas del grupo", sino que su interés es "participar como parte del pueblo, con el pueblo y por el pueblo". Por ello, añaden, "estamos constantemente reevaluando la situación desde todos los puntos de vista con todo Egipto en mente". Además, expresan su respeto por el Ejército, "que se ha mantenido neutral", y le piden que "siga protegiendo a los egipcios del régimen corrupto".
Hasta la plaza de la Independencia en la capital han llegado también hoy muchas personas por primera vez, alguno de ellos inspirados por la puesta en libertad ayer del directivo de Google Wael Ghonim, quien es considerados como uno de los promotores de las protestas por haber creado un grupo en Facebook.
"He venido por primera vez hoy porque este gabinete es un fracaso, Mubarak sigue reuniéndose con las mismas caras feas (...). No puede pensar que se ha terminado, es un hombre muy obstinado", ha señalado a Al Yazira Afaf Naged, ex miembro de la junta directiva del Banco Nacional de Egipto.
"También estoy aquí por Wael Ghonim, estaba en lo cierto cuando dijo que el PND (el gobernante Partido Nacional Democrático) está acabado, ya no queda partido, pero no quieren reconocerlo", subraya la mujer desde la céntrica plaza cairota.
El cirujano Amr Fatouh también confiesa que hoy es su primer día. "Creo que la gente continuará y vendrán más personas. En un primer momento, la gente no creía que el régimen caería pero eso está cambiando", subraya.
El éxito relativo que han tenido hasta ahora las manifestaciones en la plaza Tahrir está llevando a otros grupos de ciudadanos y trabajadores a aprovechar para reclamar mejoras en sus condiciones y convocar huelgas, según informa el diario 'Al Ahram'. En El Cairo, más de 1.500 empleados del servicio de limpieza se manifestaron delante de la sede de la empresa pública reclamando una subida de su sueldo y una comida diaria, además de contratos fijos y la destitución del presidente de la entidad.
En Luxor, uno de los principales destinos turísticos, miles de parados y los trabajadores del sector turístico -que se ha visto muy afectado por los sucesos políticos- se han congregado ante la sede de la Oficina de Empleo para apuntarse y pedir compensaciones y ayuda por parte del Ministerio de Finanzas.
En Suez, a las manifestaciones laborales en algunas empresas se han sumado este martes unos 2.000 jóvenes parados que reclamaban oportunidades para trabajar, mientras que en Mahalla unos 1.500 trabajadores de una empresa han cortado una carretera reclamando el pago de sus salarios, si bien ésta no es la primera vez que se manifiestan.
Por otra parte, más de 2.000 empleados de la farmacéutica Sigma en Quesna se han declarado en huelga para reclamar salarios más altos y beneficios que han estado suspendidos desde hace años, además de reclamar que se despida a los jefes que han maltratado a sus empleados. Mientras, unos 5.000 jóvenes parados se manifestaron esta mañana delante de la oficina de la gobernación de Asuán, en la que intentaron entrar por la fuerza, reclamando que el gobernador sea destituido.
El cirujano Amr Fatouh también confiesa que hoy es su primer día. "Creo que la gente continuará y vendrán más personas. En un primer momento, la gente no creía que el régimen caería pero eso está cambiando", subraya.
El éxito relativo que han tenido hasta ahora las manifestaciones en la plaza Tahrir está llevando a otros grupos de ciudadanos y trabajadores a aprovechar para reclamar mejoras en sus condiciones y convocar huelgas, según informa el diario 'Al Ahram'. En El Cairo, más de 1.500 empleados del servicio de limpieza se manifestaron delante de la sede de la empresa pública reclamando una subida de su sueldo y una comida diaria, además de contratos fijos y la destitución del presidente de la entidad.
En Luxor, uno de los principales destinos turísticos, miles de parados y los trabajadores del sector turístico -que se ha visto muy afectado por los sucesos políticos- se han congregado ante la sede de la Oficina de Empleo para apuntarse y pedir compensaciones y ayuda por parte del Ministerio de Finanzas.
En Suez, a las manifestaciones laborales en algunas empresas se han sumado este martes unos 2.000 jóvenes parados que reclamaban oportunidades para trabajar, mientras que en Mahalla unos 1.500 trabajadores de una empresa han cortado una carretera reclamando el pago de sus salarios, si bien ésta no es la primera vez que se manifiestan.
Por otra parte, más de 2.000 empleados de la farmacéutica Sigma en Quesna se han declarado en huelga para reclamar salarios más altos y beneficios que han estado suspendidos desde hace años, además de reclamar que se despida a los jefes que han maltratado a sus empleados. Mientras, unos 5.000 jóvenes parados se manifestaron esta mañana delante de la oficina de la gobernación de Asuán, en la que intentaron entrar por la fuerza, reclamando que el gobernador sea destituido.
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