28 de Dic. (Atipiri / infobae.com).- Un tribunal islámico aseguró que Al-Akbar Siadat trabajaba para el "régimen sionista racista". Dijo que el Mossad le pagaba a cambio de información militar secreta.
Según la agencia oficial IRNA, voz mediática del gobierno de Mahmoud Ahmadinejad, el condenado a muerte "estableció relaciones con la agencia de espionaje de Israel en 2005" y, desde entonces, recibió "60 mil dólares por enviar información clasificada de la República Islámica de Irán a Tel Aviv".
Siadat fue arrestado en 2008 cuando "intentaba huir del país con su esposa". En aquel momento "se descubrió que tenía contacto con su jefe en Israel a través de un teléfono móvil prepago". Fue arrestado temporalmente y derivado a la capital, donde fue hallado culpable de actividades de espionaje.
"Primero lo hizo bajo el manto de servicios de negocios, y luego se puso en contacto directo con una de las embajadas de Israel en la región. Entonces comenzó a despachar gradualmente información militar secreta a los sionistas. Más adelante, cuando fue provisto de una microcámara digital, completó sus envíos con fotografías".
Siempre según la versión de Teherán, "sus encuentros con los agentes del Mossad se celebraban en hoteles y lugares públicos de países como Turquía, Tailandia y Holanda. Cuando fue arrestado, llevaba 29 páginas de información secreta en su maleta".
IRNA afirma que Siadat "confesó haber recibido entre tres y siete mil dólares a cambio de sus servicios, que incluían partes sobre planes estratégicos de Irán, vuelos operacionales y de entrenamiento en sus aeropuertos militares, tragedias aéreas y sus causas, sistemas de navegación de los Guardianes de la Revolución y otros datos misceláneos de la misma naturaleza".
Siadat no es el primer ahorcado en Irán bajo el cargo de espiar para Tel Aviv. En 2008, la justicia islámica ordenó la ejecución de Ali Ashtari, un empresario iraní acusado de entregar información sobre el programa nuclear de Teherán al Mossad. Ocho años antes, doce judíos iraníes habían sido sentenciados a la pena capital, aunque finalmente los liberaron.
De acuerdo con estadísticas de Amnistía Internacional, Irán es el segundo país del mundo que más aplica la horca. Con más de 300 ejecuciones al año, guiadas por la inflexible ley islámica, sólo es superado por China.
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