Bruselas 4 Feb (Atipiri).- La Unión Eupoepa (UE) abrió el viernes una cumbre en Bruselas con la intención de mantener la presión sobre el régimen de Hosni Mubarak y ejercer una influencia en esta crisis al lado de Estados Unidos, en un día de protestas decisivas en Egipto para reclamar la partida del presidente. A su llegada a Bruselas, los dirigentes europeos llamaron a Mubarak a evitar nuevos episodios de violencia durante este viernes, "Día de la Partida", que sus opositores convocaron para exigir su dimisión, y a iniciar rápidamente una "transición" política, tras once días de masivas protestas, manifestó AFP.
"Esperamos que las fuerzas de seguridad egipcias actúen de forma que aseguren manifestaciones libres y pacíficas en este viernes decisivo", señaló la canciller alemana, Angela Merkel.
Mubarak perderá toda la "credibilidad que le queda o los ojos del mundo occidental" si las manifestaciones se saldan con nuevos actos de violencia, advirtió por su parte el primer ministro británico, David Cameron.
Decenas de miles de egipcios se congregaron el viernes en la plaza Tahrir de El Cairo con la expectativa de asestar un golpe decisivo a Mubarak, pese a que éste rechazó dimitir, alegando que el país árabe podría sumirse en el caos sin su liderazgo.
"Egipto debería estar tomando los pasos necesarios para demostrar que hay un camino claro, creíble y transparente hacia la transición", apremió Cameron.
Criticados por reaccionar demasiado tarde y con poca contundencia a la crisis en Egipto, los 27 buscarán en su cumbre de un solo día una posición común frente al régimen de Mubarak.
Pero, después de que cinco potencias europeas -Alemania, Reino Unido, Francia, España e Italia-, emplazaran el jueves al presidente egipcio a "emprender ya el proceso de transición", el conjunto de la Unión Europea (UE) estudia adoptar una posición más blanda.
Según un borrador de sus conclusiones, los líderes de la UE prevén limitarse a condenar la violencia en Egipto "en los términos más duros" y llamar a todas las partes a iniciar una "transición ordenada y expeditiva".
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, deseó por su parte "una transición en Egipto que traiga más democracia, sin una ruptura con un presidente como Mubarak a quien Occidente y principalmente Estados Unidos considera como un hombre sabio".
Fuentes del entorno del mandatario precisaron que sus palabras deben interpretarse como un llamamiento a la continuidad de "la línea de Mubarak" y no a la permanencia de éste en el poder.
Mientras Estados Unidos se ha impuesto como el único actor internacional de peso en la crisis en Egipto, que sucede a la rebelión que derrocó el mes pasado al presidente tunecino Ben Alí, Europa concentra las críticas por su tibieza presente y por su tolerancia pasada con los regímenes autoritarios en la ribera sur del Mediterráneo, considerados un mal menor ante los partidos islamistas.
"La lucha contra el terrorismo ha llevado a los líderes europeos a tolerar regímenes" de dudosa legitimidad, afirmó Alvaro de Vasconcelos, director del Instituto Europeo de Estudios de Seguridad.
Los reproches también proceden del seno de la UE: "Es increíble que, nosotros, el supuesto continente democrático, no hayamos todavía logrado dar nuestra apoyo sin reservas a las masas en la calle", lamentó el ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt, actualmente jefe de los liberales en el Parlamento Europeo.
La crisis en Egipto relegó a un segundo plano los asuntos 'oficiales' de la cumbre, en un principio consagrada a definir un plan para reducir la dependencia energética de Europa y a avanzar en los preparativos para reforzar los mecanismos de la Eurozona frente a sus problemas de deuda soberana.
"Esperamos que las fuerzas de seguridad egipcias actúen de forma que aseguren manifestaciones libres y pacíficas en este viernes decisivo", señaló la canciller alemana, Angela Merkel.
Mubarak perderá toda la "credibilidad que le queda o los ojos del mundo occidental" si las manifestaciones se saldan con nuevos actos de violencia, advirtió por su parte el primer ministro británico, David Cameron.
Decenas de miles de egipcios se congregaron el viernes en la plaza Tahrir de El Cairo con la expectativa de asestar un golpe decisivo a Mubarak, pese a que éste rechazó dimitir, alegando que el país árabe podría sumirse en el caos sin su liderazgo.
"Egipto debería estar tomando los pasos necesarios para demostrar que hay un camino claro, creíble y transparente hacia la transición", apremió Cameron.
Criticados por reaccionar demasiado tarde y con poca contundencia a la crisis en Egipto, los 27 buscarán en su cumbre de un solo día una posición común frente al régimen de Mubarak.
Pero, después de que cinco potencias europeas -Alemania, Reino Unido, Francia, España e Italia-, emplazaran el jueves al presidente egipcio a "emprender ya el proceso de transición", el conjunto de la Unión Europea (UE) estudia adoptar una posición más blanda.
Según un borrador de sus conclusiones, los líderes de la UE prevén limitarse a condenar la violencia en Egipto "en los términos más duros" y llamar a todas las partes a iniciar una "transición ordenada y expeditiva".
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, deseó por su parte "una transición en Egipto que traiga más democracia, sin una ruptura con un presidente como Mubarak a quien Occidente y principalmente Estados Unidos considera como un hombre sabio".
Fuentes del entorno del mandatario precisaron que sus palabras deben interpretarse como un llamamiento a la continuidad de "la línea de Mubarak" y no a la permanencia de éste en el poder.
Mientras Estados Unidos se ha impuesto como el único actor internacional de peso en la crisis en Egipto, que sucede a la rebelión que derrocó el mes pasado al presidente tunecino Ben Alí, Europa concentra las críticas por su tibieza presente y por su tolerancia pasada con los regímenes autoritarios en la ribera sur del Mediterráneo, considerados un mal menor ante los partidos islamistas.
"La lucha contra el terrorismo ha llevado a los líderes europeos a tolerar regímenes" de dudosa legitimidad, afirmó Alvaro de Vasconcelos, director del Instituto Europeo de Estudios de Seguridad.
Los reproches también proceden del seno de la UE: "Es increíble que, nosotros, el supuesto continente democrático, no hayamos todavía logrado dar nuestra apoyo sin reservas a las masas en la calle", lamentó el ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt, actualmente jefe de los liberales en el Parlamento Europeo.
La crisis en Egipto relegó a un segundo plano los asuntos 'oficiales' de la cumbre, en un principio consagrada a definir un plan para reducir la dependencia energética de Europa y a avanzar en los preparativos para reforzar los mecanismos de la Eurozona frente a sus problemas de deuda soberana.
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