MADRE BUSCA A SUS 4 HIJOS ROBADOS POR SU EXMARIDO

Dolor: Ana María Condori busca a sus cuatro pequeños

La Paz, 4 May. (ATIPIRI / La Prensa).- Drama: La mujer fue brutalmente agredida por su excónyuge. La Policía nada hizo hasta ahora.  

“Busco a cuatro niños que fueron secuestrados en El Alto. Si usted tiene alguna referencia, le pido que me ayude llamando a la línea gratuita de la Defensoría de la Niñez...”. Hace ya 52 días que Ana María Condori recorre las calles en busca de sus hijos. Desde la última vez que los vio, su vida se limita a un rastreo incesante por toda la ciudad. Megáfono en mano, de día o de noche, su peregrinar se detiene apenas para llorar y contar su historia.

La última vez que esta madre vio a sus hijos fue a través de la sangre que le corría por el rostro. Fue el Miércoles de Ceniza cuando su ex - esposo Paulino Huanca A. la atacó, la golpeó varias veces con una piedra en la cabeza y la acuchilló en la cara y en la espalda. Malherida llegó hasta una posta policial, su próxima parada fue la sala de emergencias del hospital Corea.

Desde el ataque, pidió a gritos que alguien rescate a sus hijos, imploró a las policías de la Brigada de Protección a la Familia, pero la agresión había sido muy violenta, por lo que el reglamento exigía que la división de Homicidios se hiciera cargo del caso. Al final nadie fue en auxilio de los niños.

Cinco días de infierno vivió Ana María en el hospital. Sin saber nada de sus hijos y recuperándose de las dolorosas heridas que su ex - marido le había infligido; ni bien le dieron el alta, corrió a su casa en la alejada zona de Ventilla por sus pequeños. Encontró su vivienda saqueada, su agresor había vaciado cuanto pudo cargar y hecho una fogata con el resto.

La desesperada madre encontró ropa y fotografías quemadas, y algunos víveres desparramados por el suelo. Pero ni rastros de sus cuatro hijos.

PEREGRINAJE. Desde el lunes 14 de marzo, Ana María no tomó ni un día de descanso en procura de hallar a sus hijos. Sabe que están con su ex - esposo, quien le contesta al celular para decirle que nunca volverá a verlos; a veces alimenta sus esperanzas al decirle que vuelva a llamar para hablar con ellos, pero sólo es una cruel tortura.

Las denuncias han sido interpuestas en la Policía, las defensorías de la Niñez de La Paz y El Alto, las autoridades judiciales, pero ante la falta de respuestas, Ana María comenzó a recorrer las calles de la ciudad de La Paz, primero gritando a voz en cuello y ahora con la ayuda de un megáfono.

A veces puede descansar en una iglesia, otras la noche la sorprende en la calle, en la banca de una plaza, alguna vez le alcanza el tiempo para ir a descansar a su vacía vivienda de Ventilla; cuando puede disponer de algunas monedas, busca un alojamiento barato. Se ve que la está pasando mal, pero su amor de madre es inquebrantable. Asegura que no descansará hasta poder abrazar a sus tres niñas y a su niño.

Para destacar

El nombre del ex - esposo agresor es Paulino Huanca Andrade, quien tiene 48 años. Su ex - esposa sabe que puede estar trabajando como chapista o elaborando vasijas de aluminio.

Los menores tienen 10, ocho, cuatro, cinco y tres años de edad. Las tres mayores son niñas. La mujer duerme donde la encuentra la noche. Algunas veces llega a su casa, en Ventilla. Ha recorrido, megáfono en mano, Alto y Bajo Següencoma, Alto y Bajo Obrajes y Chasquipampa. También buscó a sus hijos por Amor de Dios, Gramadal, Calacoto, San Miguel y Cota Cota. Algunas veces fue tras algunas pistas que resultaron ser falsas, pero no desmaya en su propósito.