Centro Virgen de la Esperanza (ATIPIRI). |
El Alto, 20 Jun. (ATIPIRI).- La mañana del lunes, realizaron la campaña contra la “Contaminación acústica”, los niños y niñas del centro infantil Virgen de la Esperanza de la ciudad de El Alto en las principales vías; con el objetivo de sensibilizar a los vecinos, vecinas y conductores para que eviten ruidos fuertes, bocinazos, gritos en las calles que perjudican el aprendizaje de los niños y niñas e irritan la sensibilidad de la población, señalo Nilsa Corado, Directora del Centro Infantil Virgen de la Esperanza.
Corado, en declaraciones a Radio Atipiri; explicó que los sonidos fuertes, estruendosos, causan enfermedades en el oído de los niños y niñas en etapa de aprendizaje. Exigió a la población tomar conciencia y evitar la contaminación acústica.
Aclaró que los ruidos provocan estrés físico, nerviosismo, dolores de cabeza y otras.
“Entonces queremos que los niños desde muy pequeñitos aprendan que es importante evitar los ruidos. A veces hay ruidos que están fuera de nuestro alcance, pero podemos ayudarlos, nosotros mismos a veces escuchamos la radio con volumen muy alto, a veces hablamos demasiado fuerte y no ponemos cerca de ruidos que perturban la paz. Esto perjudica a la audición”, aseguró.
Demandó a los conductores que “no hay necesidad de bocinar tanto y utilizamos la bocina de forma inadecuada”. Indicó que el Centro Infantil Virgen de la Esperanza, propondrá al municipio alteño, reglamentar el uso de los bocinazos previa la capacitación a los chóferes alteños.
Expresó su optimismo para que la población alteña y los maestros del volante comprendan del perjuicio auditivo que se causa a niñez con los ruidos, “por estos ruidos no nos permiten vivir en convivencia”.
Mientras los niños y niñas de los Centros Infantiles realizaban la campaña de concienciación; unos metros cerca del semáforo algunos conductores tocaban las bocinas sabiendo que aún estaba el semáforo en color rojo; razón por la cual las educadoras, niños y niñas entregaron trípticos de información para que el conductor evite contaminación acústica.
El pasado 17 de junio, trece Centros Infantiles de la ciudad de El Alto, lanzaron la campaña contra la “Contaminación Acústica”, con el objetivo de sensibilizar a los vecinos, vecinas y conductores para evitar ruidos, bocinazos, gritos en las calles que perjudican el aprendizaje de los niños y niñas e irritan la sensibilidad de la población.
Eva Ibarra, Educadora del Centro Infantil María Auxiliadora, en declaraciones a Radio Atipiri; expresó su preocupación porque en el centro urbano de El Alto, muchos conductores tocan a fondo las bocinas, claxon sin saber que en la calle afectan el oído de varios vecinos, vecinas, niños y niñas; por ello demandó a los adultos a dar el ejemplo a los escolares para vivir en un ambiente con menos ruido.
Aseguró que los bocinazos y ruidos artificiales afectan principalmente al aspecto cognitivo de los niños y niñas; porque el niño no aprende por el ruido excesivo de las movilidades, construcciones, el aeropuerto, gritos entre otras.
“Pero algunos conductores que sin más motivo tocan el claxon, bocinas y están en rojo (el semáforo) y ellos (conductor) siguen tocando al compañero de adelante y entonces queremos evitar esto para que nuestros niños se desarrollen académicamente, aprendan mejor, además sabemos que el ruido es muy perjudicial para los oídos”, sostuvo.
Según Ibarra, toda la población alteña y del mundo debemos aprender a tener una conducta de higiene sonora; misma que implica que cada persona debe de evitar los ruidos respetando la salud sonora de la otra persona.
Luz Ximena Soto, una madre de familia que acompañó a los niños, manifestó su molestia porque algunos conductores continúan tocando las bocinas sabiendo que aún el semáforo no cambio de color.
“Ojalá nos tomen encuenta, para que podamos poco a poquito nos acostumbremos a respetar y no causar tanto ruido, a veces las personas mismas ocasionamos esto, gritamos, ya no hablamos, ya no nos comunicamos hablando si no gritando”, indicó.
La señora Rosmery Carpio, manifestó que los ruidos no dejan tranquilos a algunos vecinos y vecinas; porque cambia el carácter y la sonrisa de las personas.
“Hasta los agentes de parada deben de cambiar los pitidos para normar el tráfico vehicular. Queremos que nuestros niños y niñas no estén afectados por el ruido, queremos que tomen el ejemplo de una ciudad con menos contaminación de ruido”, aseveró.
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