Chile, 18 Abr. (Atipiri/tomado de latercera.com).- Hace algunos días, desde el consulado de Bolivia en Chile telefonearon al municipio de Huara, al sur de Iquique. El mensaje: querían reactivar la cancelada visita que el cónsul Walker San Miguel realizaría a principios de abril al pueblo de Pisagua, donde conocería un proyecto para que Bolivia haga uso de un puerto "preferente".
La idea había sido conversada el pasado 20 de marzo. San Miguel recibió al diputado Hugo Gutiérrez (PC) y al alcalde de Huara, Carlos Silva, quienes le explicaron un informe con las características de la zona y el histórico puerto en desuso, que tuvo su mayor esplendor durante el auge del salitre y que llegó -a principios del siglo XX- a ser el tercero en importancia y tamaño tras Valparaíso e Iquique.En dicha reunión, San Miguel acordó visitar la zona el 7 de abril. Sin embargo, todo quedó suspendido tras el fuerte discurso de Evo Morales el pasado 23 de marzo, cuando anunció que demandaría a Chile ante tribunales internacionales para obtener una salida al mar con soberanía. Además, poco después, San Miguel comunicó oficialmente a Santiago que terminaría su misión el 10 de mayo y que volvería a La Paz.
Ahora, sin embargo, el cónsul ha dicho a las autoridades chilenas que extenderá su permanencia en Santiago hasta el 31 de mayo. Según dijeron quienes conocen el tema, San Miguel tiene previsto viajar a Pisagua a principios de ese mes.
En este contexto, la idea es que la visita del diplomático boliviano tenga un alto perfil público, aunque se entiende que sería más simbólica, por el hecho de que poco después dejará Santiago. De hecho, tras conocerse los planes iniciales para el primer viaje del cónsul, el tema ha sido objeto de debate público en La Paz.
La idea promovida por el alcalde y el diputado chileno -quienes no han conversado el tema con la Cancillería- es que Bolivia pueda ayudar a reactivar el ex puerto de Pisagua. Y que luego quede utilizando las instalaciones de manera preferente. Aunque, aclaran, sin conceder soberanía. "Hemos invitado nuevamente al cónsul y tenemos la certeza de que se concretará. Pisagua tiene todas las condiciones para los bolivianos, es una zona libre de contaminación y la comunidad está de acuerdo y expectante de que avancemos rápido en este proyecto. Espero contar con el apoyo del gobierno de nuestro país", dijo el alcalde.
Hasta fines del gobierno de Michelle Bachelet, Chile y Bolivia habían negociado la instalación de un enclave boliviano sin soberanía entre la Quebrada de Caramarones y el norte de Iquique. La idea era habilitar un puerto en una zona deshabitada.
Antes del cambio de gobierno, La Paz pidió que el acuerdo quedara escrito. Sin embargo, al conocer la negociación en curso, el entonces Presidente electo, Sebastián Pinera, desahució la alternativa.
El argumento de las nuevas autoridades apuntaba a que surgirían nuevos problemas asociados al enclave: migratorios, de libre tránsito, de infraestructura. Sin embargo, había una razón de fondo: se estimaba que el proyecto abría el riesgo de dividir "al país en dos".
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