Perú, 12 Mayo (ATIPIRI / infobae.com).- Un nuevo sondeo revela que la candidata de Fuerza 2011 obtendría un 40,6% de los votos, un 2,7% más que su contrincante. A 20 días del ballottage, hay un alto porcentaje de indecisos que podrían dar vuelta la elección.
El estudio de Datum, difundido por Perú 21, confirma la tendencia alcista reflejada por Fujimori en otros sondeos y muestra un declive en el apoyo a Humala. Este último dato es de lo más revelador, ya que la semana pasada, el líder nacionalista gozaba del 40% del respaldo popular.
Ollanta Humala perdió el liderazgo indiscutible en "la sensación de ganador" que percibía la ciudadanía. Hoy, esa "sensación" es casi la misma para ambos postulantes a la Presidencia. El 25 de abril, el 52% creía que Humala triunfaría y ahora solo el 41,9% lo asegura. En aquella oportunidad, el 33,9% veía como ganadora a Fujimori y, en estos momentos, lo hace el 41,5 por ciento.
De todas formas, nada está resuelto de cara al ballottage del 5 de junio. Un 21,5% de los encuestados aún no sabe a quién elegir, si anulará o dejará su voto en blanco, detalló Datum.
Otra encuesta de la firma Ipsos Apoyo dio por primera vez el fin de semana una leve ventaja a Fujimori. Los otros estudios recientes vaticinan un empate técnico entre ambos candidatos.
En estas semanas, la congresista intentó cambiar su imagen y seducir a los seguidores de los otros candidatos que quedaron fuera de la contienda. Keiko Fujimori representa el pasado en Perú. Su padre, el ex presidente (1990-2000) Alberto Fujimori fue sentenciado en abril de 2009 a 25 años de cárcel, señalado como autor intelectual de dos matanzas perpetradas por un grupo clandestino del Ejército, en las que murieron 25 personas durante el conflicto interno contra guerrillas de extrema izquierda. Eso sí, Keiko, bajo la mirada de los mercados e inversores, es más amigable.
Con respecto a Humala, el diario peruano asegura que la ciudadanía le está pasando factura por sus vínculos con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. El líder nacionalista irrumpió en la arena política peruana en el año 2000, cuando lideró un intento de golpe de Estado contra el entonces presidente Alberto Fujimori. Una de las grandes preocupaciones en torno a su futura presidencia radica en si será capaz de mantener los lineamientos económicos que ubicaron a Perú entre los países que más crecen en el mundo.
El ganador de la primera ronda electoral también identificó este reclamo en los sectores adversos a su candidatura y pregonó la necesidad de mantener el crecimiento del país, aunque remarcó la necesidad de que ese ingreso nacional se redistribuya en la población. A tres semanas de la segunda vuelta electoral, el ex militar está perdiendo la ventaja que había logrado cosechar el 10 de abril.
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