La Paz, 30 Sep. (ATIPIRI / Erbol).- El director General de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), coronel Gonzalo Quezada, informó que estudiantes de unidades educativas de las ciudades principales del país denunciaron la presencia de proveedores de droga en alrededores e interior de sus establecimientos. Se presume que los narcotraficantes estarían aprovechando la articulación de pandillas juveniles para introducir cocaína y marihuana a colegios y extender así este negocio ilícito, según GAIA Noticias.
La fuerza antidrogas informó que desde febrero de esta gestión se logró capacitar a más de 300 mil estudiantes de secundaria en el marco del Programa de Educación y Resistencia contra el uso y abuso de las drogas y la violencia (DARE, por sus siglas en ingles), recopilándose, en cada jornada de orientación, denuncias de estudiantes, que confirmaban la venta de sustancias prohibidas tanto dentro como fuera de sus unidades educativas.
“Ellos (los estudiantes) son muy acuciosos y el problema lo ven desde el punto de vista joven, ellos dicen: ‘porque nuestra sociedad no hace más campañas de prevención, porque el sistema educativo no llega con mayor cantidad de horas para que se pueda orientar sobre las drogas’. Tenemos muchos casos en los que los estudiantes mismos han denunciado que hay personas sospechosas o que incluso sus propios compañeros se dedican a transportar droga, por eso hemos actuado oportunamente”, reveló Quezada.
Información oficial de la FELCN, señala que la población estudiantil de El Alto y Santa Cruz es la más afectada por el flagelo de las drogas, asimismo, en ambas ciudades se registra un número importante de pandillas juveniles que sumadas fácilmente superan las 300 con un número mayor a los 8 mil integrantes, con cada vez menos edad y presentado cuadros de adicción al alcohol, inhalantes y drogas.
Por su parte, el representante en Bolivia de la Organización de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDC), Cesar Guedes, manifestó que este fenómeno responde directamente a las transacciones que realizan los traficantes internacionales con delincuentes bolivianos, negocios que incluyen droga como parte de los pagos, haciendo que exista mas pasta base de cocaína para su distribución.
“Entendemos que los traficantes están tratando de acercarse mas y mas hacia los puntos de venta o mercado potencial que ellos tienen, existen reportes sobre que existen actividades ilícitas tanto fuera, como dentro de los colegios, por eso hacemos un llamado a la sociedad civil, a la comunidad para que se resguarden los alrededores de los centros educativos, porque no es solo una responsabilidad de padres, profesores y directores, también es un compromiso de todos”, alerto Guedes.
De acuerdo a la explicación del representante internacional, los adolescentes y jóvenes son considerados, por las bandas de tráfico de drogas, como grupos vulnerables, por lo cual, la mayoría de las acciones realizadas por los microtraficantes están dirigidas a captar y convertir en drogodependientes a la mayor cantidad posible de esta población.
Los datos
Un estudio elaborado por el Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Celin) señala que ocho de cada 100 estudiantes a escala nacional consumen estupefacientes, esta cifra durante los últimos doce años, según el documento, se duplicó.
La investigación es resultado de entrevistas realizadas a 12.254 estudiantes de entre 12 y 21 años, de las nueve capitales de departamento, además de El Alto y una decena de ciudades fronterizas.
Los resultados muestran que los estudiantes alteños, trinitarios, paceños y cruceños encabezan los índices de mayor consumo de alcaloides ilegales (marihuana, pasta base de cocaína, clorhidrato de cocaína, inhalantes y alucinógenos). Tanto en El Alto como en Trinidad, 10 de cada 100 estudiantes consumen drogas, mientras que en La Paz lo hace nueve de cada 100 y en Santa Cruz, ocho de cada 100.
La problemática
De acuerdo a un diagnostico de la FELCN, el microtráfico o “narcomenudeo” de alucinógenos y estupefacientes se ha convertido en el detonante de la inseguridad de una buena parte de las capitales y ciudades del país. El aumento de delitos como el homicidio y las extorsiones está asociado a la lucha por el dominio del expendio callejero de drogas, sobre todo en Santa Cruz.
Otros informes señalan que las bandas captan decenas de familias apremiadas por su débil y precaria situación económica que las arroja a participar en una de las cadenas del comercio de marihuana y cocaína. En algunas ciudades del eje troncal las bandas que controlan las zonas de expendio de drogas han convertido a los colegios en la punta de lanza de nuevos mercados, nuevos clientes, y sobre todo nuevos distribuidores.
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