Pilares de la seguridad alimentaria
La Paz, 18 Nov. (ATIPIRI / Erbol).- El 85,7 por ciento de las mujeres del área rural y peri urbana de Bolivia trabaja en el sector agrícola y agropecuario. Su participación está centrada en los tres pilares de la seguridad alimentaria del país: la producción, el acceso y el uso de los alimentos, según un estudio del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer Derechos en la Mira.
Sobre la producción de alimentos, la participación de la mujer es activa en tareas agrícolas y pecuarias atravesando todo el proceso de producción.
Las mujeres trabajan en pequeñas parcelas en áreas rurales y en las huertas en zonas urbanas donde se producen cultivos comerciales, señala el Observatorio. Están involucradas en la elaboración de papa, maíz, cereales y en la producción de ganado menor.
La participación de las mujeres en la producción alimentaría es casi igual a la de los hombres, incluso superior, en la siembra, la cosecha y post cosecha, especialmente en la elaboración de sub productos.
Otro pilar de contribución de la mujer a la soberanía alimentaría es la compra, selección, cuidado e inversión de tiempo en la preparación de los alimentos. Asimismo, ella juega un papel importante en la preservación y reproducción de las culturas alimentarías de los pueblos.
Pese a lo anteriormente mencionado, destaca el estudio, no existe correspondencia entre su participación, la valoración de sus aportes y el acceso a los recursos productivos. A pesar de que en el medio rural juegan un rol esencial como actoras sociales, en muchos casos no son reconocidas social y económicamente por sus tareas productivas ni por su labor como gestoras de los recursos naturales.
En ese sentido, las mujeres rurales carecieron históricamente de oportunidades para obtener tierras, créditos, capital, servicios de extensión y capacitación, aunque posean conocimientos ancestrales y amplia experiencia en el trabajo diario para la utilización sostenible de los suelos y cultivos.
Para implementar un modelo de desarrollo rural eficiente y sostenible de producción, distribución y consumo de alimentos, que sea equitativo y sustentable en la lucha contra la pobreza, es necesaria una valoración más igualitaria y justa de los aportes y roles de las mujeres y de los hombres.
Así también se debe avanzar en la eliminación de las desigualdades, el acceso y la toma de decisiones sobre los recursos y los beneficios alcanzados. Por consiguiente, ampliar las posibilidades de las mujeres rurales promoviendo el pleno ejercicio de sus derechos y su desarrollo integral, señala el Observatorio, (con información del PIEB).
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