Brasil, 10 Jun. (ATIPIRI / DPA).- Tras la renuncia de su principal ministro, el jefe de Gabinete, Antonio Palocci -quien enfrenta denuncias de corrupción-, la presión sobre la dignataria creció en el seno del oficialismo.
Los aliados en el Congreso pidieron que a la lista de bajas se sume el ministro de Relaciones Institucionales, fuertemente criticado por los legisladores oficialistas tanto del Partido de los Trabajadores (PT) como de su principal socio, el centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
El líder de la bancada petista en la Cámara Baja, Cándido Vaccarezza -señalado como uno de los candidatos a suceder a Oliveira- utilizó el tiempo de verbo pasado para referirse al actual funcionario. "Hizo un buen trabajo de articulación política", indicó.
El cambio en esa cartera se volvió más probable este martes, cuando Palocci debió abandonar el cargo ante el escándalo generado por la revelación de que su patrimonio aumentó 20 veces en los últimos cuatro años.
La nueva jefa del Gabinete, la ex senadora Gleisi Hoffmann, asumió el cargo el miércoles y anunció que su tarea será la de "gestora" de los proyectos de gobierno.
A menos de seis meses de su investidura, Dilma Rousseff enfrenta quejas de legisladores insatisfechos por el estado de las relaciones con ella.
Una nota publicada el viernes por el diario Folha de Sao Paulo reveló que esta insatisfacción es más aguda en el aliado PMDB. Según el rotativo, 55 de los 95 consultados sostuvieron que las relaciones con la Presidencia eran mejores durante el pasado gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva.
La principal queja -expresada por 46 de los parlamentarios consultados- se refiere a una supuesta "falta de diálogo". "No somos recibidos en audiencias, sentimos un cierto autoritarismo por parte del Ejecutivo", expresó el diputado Marcelo Castro.
"El gobierno Lula era un gobierno político, a él le gustaba hacer política", agregó, en tono nostálgico, otro diputado del PMDB, Danilo Forte.
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