Presidente de Bolivia, Evo Morales. |
Piñera envió nota a OEA, donde impugna tratado que permite a La Paz demandar a Chile.
Chile, 5 Sep. (ATIPIRI / La Tercera).- El 15 de junio pasado, Sebastián Piñera envió una nota diplomática con su firma a la secretaria general de la OEA. El documento tenía un solo objetivo: bloquear el primer paso concreto de Bolivia con miras a demandar a Chile ante la corte de La Haya para obtener una salida soberana al mar.
El texto chileno, publicado en el sitio en internet del Departamento de Cooperación Jurídica de la OEA -donde los países del continente notifican su adhesión a los distintos tratados regionales-, rechaza la entrada en vigencia para Chile y Bolivia del Pacto de Bogota, que obligaría a La Moneda a hacer frente a una eventual demanda paceña. Una que, según ha dicho públicamente Evo Morales, está comenzando a preparar su país.
El documento era, a su vez, una respuesta a una nota diplomática que había enviado a esa misma instancia el gobierno de Evo Morales seis días antes. En ella, La Paz ratificaba de manera formal su adhesión al Pacto de Bogotá de 1948, que "obliga" a los estados a resolver de manera pacífica sus controversias, mencionando como alternativa La Haya.
Al ratificar dicho tratado, La Paz cumplía un primer requisito para un eventual libelo. De hecho, la vigencia de ese instrumento fue mencionada por Perú en su demanda contra Chile en La Haya para cambiar el límite marítimo. El hecho de que Santiago también hubiese ratificado el mencionado Pacto de Bogotá le impedía desconocer la jurisdicción de la corte, viéndose obligado a iniciar el proceso y a argumentar que los límites con Lima estaban resueltos por un tratado previo.
Sin embargo, en el texto enviado en junio a la OEA, Bolivia agregó una "reserva": adhería al Pacto de Bogotá, pero no a su artículo VI, que dice que éste no podrá aplicarse a asuntos que ya han sido resueltos, por ejemplo, a través de "acuerdos o tratados". Este punto constituye un obstáculo para La Paz, pues los límites con Chile ya fueron definidos por el Tratado de 1904, reconocido por ambos países tras la Guerra del Pacífico.
Para hacer "reserva" de dicho artículo, el gobierno de Evo Morales planteó como argumento en su nota diplomática que los procedimientos pacíficos -como demandar ante La Haya-, "también pueden aplicarse a las controversias emergentes de asuntos resueltos por arreglo de las partes, cuando dicho arreglo afecta intereses vitales de un Estado". Como sería, según Bolivia, el derecho de tener una salida soberana al mar, incluido en su Constitución Política.
La presentación de este documento encendió inmediatamente las alarmas en Santiago. Sobre todo, porque, en medio de una tensión bilateral que ya se arrastra por casi seis meses, Morales ha insistido en que podría entablar una demanda y para ello creó un Departamento de Reivindicación Marítima, contratando incluso abogados internacionales para ello.
Por eso, tras extensos análisis jurídicos, Piñera envió una nota diplomática con una "objeción a la reserva" formulada por Bolivia al momento de ratificar el Pacto de Bogotá. Así, no sólo se deja constancia del rechazo a la gestión paceña de reconocer sólo una parte del tratado, sino que también agrega que, "de conformidad con los principios del derecho internacional, la presente objeción impide la entrada en vigor" del Pacto de Bogotá entre Chile y Bolivia.
Con esto, explican en la Cancillería, se adelanta lo que sería una primera línea de defensa en caso de que La Paz decida de todas formas interponer una demanda en La Haya: se alegaría inmediatamente que no existe ningún tratado que obligue a reconocer ni la eventual demanda ni la potestad de la corte para resolver un tema que ya está zanjado por un tratado límite firmado hace más de cien años.
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